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Elegir el estilismo perfecto para una boda de invierno puede convertirse en todo un reto. No solo entran en juego las bajas temperaturas y la necesidad de buscar tejidos más cálidos, también influye la edad. Lo que favorece a los 30 años quizá ya no encaja a los 40 y, mucho menos, a los 60. Para descubrir cómo acertar en cada etapa y convertirse en la invitada mejor vestida, he consultado al diseñador Alejandro de Miguel, referente en moda nupcial y de ceremonia en España y que tiene entre sus clientas, y amigas, a celebrities como Ana Obregón, Carmen Lomana o Daphne Cañizares, mujer del futbolista Dani Carvajal. El diseñador, que ha perdido la cuenta de las madrinas e invitadas que ha vestido a lo largo de su trayectoria, comparte sus claves para encontrar el vestido perfecto para una boda de invierno sea cual sea tu edad.
"El invierno es una de las estaciones más sofisticadas para celebrar una boda. Los tejidos nobles, los colores intensos y las estructuras impecables se convierten en protagonistas de los looks de invitada. Hay un vestido para ti, sea cual sea tu edad", nos asegura el diseñador Alejandro de Miguel, que hace unos meses nos reveló el eficaz truco de belleza que aprendió de Nieves Álvarez para eliminar papada.
De 30 a 40 años: Sofisticación con un aire juvenil
A estas edades se tiene la libertad de arriesgar sin renunciar a la elegancia. No hay un estilo definido y se puede jugar con diferentes cortes y tejidos en una boda de invierno. "La invitada puede permitirse jugar con la moda sin perder la elegancia. Los vestidos de cortes limpios, pero con detalles actuales, como mangas abullonadas, espaldas escotadas o tejidos con ligeros brillo, el terciopelo, son una apuesta segura", nos cuenta el diseñador. Para Alejandro de Miguel, las tonalidades perfectas son "el burdeos, el verde botella o el azul noche porque realzan la frescura y la sofisticación en partes iguales".
De 40 a 50 años: elegancia con personalidad
Llega una etapa en la vida en la que todas tenemos claro lo que nos sienta bien y lo que no, lo que queremos vestir y lo que no nos pondríamos nunca para asistir a una boda de invierno. De Miguel propone "vestidos de manga larga o francesa, enriquecidos con bordados o aplicaciones discretas de pedrería". Y considera que "las siluetas midi o largas estilizan la figura y realzan la feminidad". En cuanto a la gama de colores, para el experto en moda "los tonos empolvados, el azul marino y los matices vino son perfectos para bodas invernales, combinados con capas o chaquetas estructuradas que aportan un aire distinguido".
De 50 a 70 años: la madurez de la elegancia atemporal
A partir de los 50 años, la invitada busca prendas que realcen su figura de forma natural. Propuestas de líneas sobrias, tejidos de presencia y una paleta de tonos que va desde los joya a los matices claros que aportan un aire distinguido. "La clave está en transmitir sofisticación sin necesidad de excesos. Vestidos largos con siluetas fluidas o cortes rectos resultan especialmente favorecedores. Tejidos como el brocado, la seda o el mikado ofrecen un porte distinguido y refinado", me cuenta Alejandro de Miguel.
El color también es muy importante a esta edad para ser la invitada mejor vestida en una boda de invierno. "La paleta de colores se abre a tonos joya —esmeralda, amatista, zafiro— y a neutros luminosos como el champán o el marfil", explica el diseñador, que también destaca el importante papel de los complementos a estas edades. "Deben ser discretos y con clase. Opta por un clutch rígido, guantes largos o una capa ligera que aportarán la nota final de distinción", garantiza Alejandro de Miguel.
Con estas propuestas, el diseñador manchego reafirma que ser la invitada mejor vestida en una boda de invierno no entiende de edad, sino de saber vestir cada momento con la armonía perfecta entre estilo, personalidad y ocasión.
