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Isabel Preysler ha vuelto a dar una lección de estilo demostrando que, por mucho que pasen los años, sigue teniendo la elegancia con la que se convirtió en la protagonista absoluta de la crónica social española. La socialité presentó su libro de memorias, 'Mi verdadera historia', en Madrid, y durante la rueda de prensa, mientras algunos hojeaban las páginas de libro, en las que desvela las cartas de amor que le escribía Mario Vargas Llosa o la infidelidad a Carlos Falcó, otros, como yo, observábamos el impecable traje de Armani que vestía la todavía conocida como 'reina de corazones'. Me pareció un acierto total y celebro que un experto en moda como es el diseñador Alejandro de Miguel opine lo mismo que yo. "Lo lleva con la serenidad de quien no necesita demostrar nada", me cuenta.
"He observado con detalle el estilismo que Isabel Preysler y debo decir que fue una elección magistral. Isabel volvió a recordarnos por qué sigue siendo un referente absoluto de estilo y elegancia, incluso después de tantas décadas frente a las cámaras", comenta el diseñador. Para él, el que la madre de Tamara Falcó apostase por un traje de chaqueta y pantalón de líneas sastre, fue una apuesta segura, sobre todo, "por ser coherente con su personalidad. El pantalón, amplio y con caída fluida, rompe la rigidez del sastre tradicional y aporta movimiento, mientras que la americana, con hombros suaves y solapa discreta, define la figura con sutileza. Es el tipo de prenda que acompaña, no impone. Y eso, en moda, es muy difícil de conseguir", explica el diseñador, al que ya nos dio las claves para ser la invitada mejor vestida en una boda de invierno.
Hay algo en lo que solo los que conocen ven la sastrería se fijan y es en la costura. "Cuando uno observa este traje de cerca, se aprecia la perfección del trabajo de taller. Las mangas, perfectamente asentadas; la sisa, limpia y precisa; la caída del bajo, exacta, sin una sola tensión. Eso solo se logra con una confección muy cuidada, casi artesanal. Se adivina el mimo con el que está hecho: el forro no tira, las costuras no marcan, y el cuello conserva su forma perfecta. Son detalles que un ojo experto detecta al instante. Ahí está el verdadero lujo: en lo que no se ve, pero se percibe", observa Alejandro de Miguel.
El diseñador Alejandro de Miguel alaba el estilismo de Isabel Preysler
Al corte, la costura y el tejido -una crepé de lana mezclada con seda, que le aporta la estructura pero no rigidez-, el diseñador añade la importancia del tono elegido por Isabel Preysler, que no estuvo acompañada por su hija Ana Boyer. "El color gris perla, casi blanco, me parece un acierto total. Es un tono que transmite serenidad, pureza y luz, perfecto para el momento que vive: una mujer que se presenta al público, en paz y tranquilidad, como dijo en la presentación del libro. Además, ese tono resalta su elegancia natural sin necesidad de artificios", considera el diseñador.
Para el experto en moda, la socialité no ha dejado nada al azar, acompañando el traje con unos salones nude y una cartera del mismo tono del traje. "Me gustó mucho esa elección, porque deja que el conjunto respire. No hay ruido ni exceso; todo está al servicio de la armonía", asegura. Pero, sin duda, lo más importante del estilismo de Isabel es la actitud. "Un traje tan bien hecho no funciona si no hay una mujer que lo sostenga con elegancia interior. Isabel lo lleva con la serenidad de quien no necesita demostrar nada. Para mí, este conjunto representa empoderamiento, madurez y coherencia", analiza Alejandro de Miguel.
El diseñador sabe bien de lo que habla cuando examina un traje de chaqueta. "Mi madre tenía un taller donde confeccionaba chaquetas, y desde entonces he sentido verdadera devoción por esta pieza. De hecho, los trajes de chaqueta son una constante en mis colecciones: siempre incluyo varios diseños porque representan la elegancia femenina más versátil y poderosa. A lo largo de mi carrera he tenido el privilegio de diseñar muchos trajes de chaqueta para personalidades de la alta sociedad española, mujeres que buscan precisamente eso: distinción, comodidad y un toque de sofisticación atemporal", me cuenta.
Para su colección 2026, el manchego incorpora varios diseños con nuevos tejidos, cortes más ligeros y detalles artesanales porque, tal y como, afirma "una buena chaqueta siempre es sinónimo de elegancia y, como en el caso de Isabel Preysler, la prenda que mejor define a una mujer segura de sí misma".
