Baile benéfico; ‘Acacias 38’

Más tarde, un ladrón se acerca al festejo e intenta robar todo lo recaudado. Sin embargo, Sacristán logra parar al atracador, convirtiéndose en el nuevo héroe del vecindario y llevándose las felicitaciones de Fabiana y el resto.

En otra parte, Fidel retiene a Leonardo, que se niega a darle detalles sobre el atentado, ni a mostrarse arrepentido por haberlo provocado. El policía termina perdiendo los nervios y lo golpea hasta acabar con él. Después, en un estado bastante alterado, le cuenta lo sucedido a Ramón.

“No te preocupes, simplemente has hecho lo que debías. Ese malnacido nos causó mucho daño”, asegura este último. Los dos hombres siguen con sus pesquisas y descubren que quien ideó el ataque fue un anarquista de nombre Fausto.

Para su desgracia, el temible criminal ha salido de la cárcel hace unos días así que su próximo paso será cazarlo y castigarlo por lo que hizo. La noticia de la liberación del bandido llega hasta oídos de Lolita, que se muestra desolada ya que le duele pensar que quien mató a su marido no esté entre rejas para siempre-

A quien le van mejor las cosas es a Felipe. Además de sentirse bien anímicamente, su romance con Dori va viento en popa. Los enamorados pasan su primera noche juntos y, al día siguiente, se marchan al río. De esta forma hacen oficial su relación delante de todos sus amigos. El abogado parece haber encontrado finalmente a la mujer de su vida y eso le llena de alegría.

No obstante, su semblante cambia por completo cuando la enfermera le dice que no podrá estar a su lado para siempre: “No me pidas que ahora te dé más explicaciones, con esto ya es suficiente”. El licenciado respeta el silencio de su amada, pero no puede quitarse de la cabeza qué estará ocultándole.

David también duda de su idilio con Valeria, sabe que su protegida lo quiere, pero el regreso de su marido hace tambalear los cimientos de su amor. Resuelto a poner las cartas sobre la mesa, habla con la mujer. “Necesito saber qué vas a hacer ahora que tu esposo volvió. ¿Lo escogerás a él llegado el caso?”, pregunta desconcertado. Ella le pide algo de tiempo para poder aclarar sus ideas y pensar qué rumbo quiere tomar a partir de este momento.

Genoveva se ve obligada a capitular ante Aurelio y le confirma que tendrá el hijo que está esperando. “Así me gusta, que me hagas caso en todo lo que te pido”, afirma el criollo.

Posteriormente, este se dirige a ver a Ignacio, a quien amenaza por haber ayudado a su esposa en su intento de aborto: “Sé que tu le pusiste en contacto con una comadrona y eso es ilegal. Ten cuidado conmigo o te denunciaré y no volverás a ejercer la medicina jamás”. El doctor se disculpa y le promete no meterse de nuevo en su vida.

Horas más tarde, Quesada logra enterarse del paradero de Rodrigo, va al lugar donde se esconde, lo golpea y lo secuestra. El chico despierta en un escondrijo sucio y frente a él ve a Aurelio.

“Dame la fórmula del químico ahora mismo y te dejaré en libertad. En tus manos está que esto se termine cuánto antes”, dice el pérfido señor. El cautivo no cede ante las presiones de su secuestrador, quien decidido a obtener lo que desea comienza a torturarlo sin ningún tipo de piedad.

Liberto se cita con Pascual para tomar un café en el restaurante. El empresario ha estado ideando un nuevo artilugio que podría sacarlos de la ruina y quiere comentárselo a su amigo. “¡He pensado en crear un mango limpiador!”, anuncia eufórico. A Sacristán no le parece mala idea y le propone cenar esa noche para ultimar los detalles. Al caer la tarde, se presenta en el hogar de los Rubio. A diferencia de otras veces, Hortensia se comporta amable con él y se hace palpable una conexión entre ambos. Mientras, Azucena toma la decisión de dejar de seguir viendo a Ángel.