¿Qué esconde esa nueva amistad?; ‘Amar es para siempre‘

Abel trabaja en su despacho cuando recibe una llamada. Con asombro, escucha al otro lado del teléfono la voz de su cuñado Beltrán, que lo invita a disfrutar de un día en la hípica como en los viejos tiempos. El médico accede y ambos se encuentran horas más tarde a lomos de sus caballos.

Terminado el paseo, Beltrán le agradece que aceptara su propuesta: “Tengo muchas ganas de retomar la relación contigo y también con Emma. Sabes que mi sobrina es muy importante para mí”. Posteriormente, sellan su reconciliación con un cálido apretón de manos. No obstante, Martín-Cuesta no está siendo sincero en su intento de arreglarse con su familia.

La única intención del militar es acercarse a los Gómez para conocer qué pasos están dando en su venganza contra él por la muerte de Marisol y sabe que Sáez de Abascal es la clave para lograr sus turbios objetivos.

Mientras, Benigna sospecha que Eduardo se ha fijado en ella y tiene intención de cortejarla. No está equivocada, pues pronto recibe una proposición formal del capitán para salir a dar un paseo y tomar un refresco. Ella accede al instante totalmente ilusionada: “Para mí será un placer pasar tiempo con usted”. Después de su cita, le cuenta a Socorro cómo ha ido la velada con todo lujo de detalles.

A quienes no les sonríe el amor es a Manolín y Emma, que van al despacho de abogados para firmar los papeles de la nulidad matrimonial. Aunque han decidido tomar caminos separados, no quieren desaparecer el uno de la vida del otro y se prometen que
siempre conservarán su amistad. “Sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites. Te tengo mucho cariño”, le asegura ella.

Al día siguiente, se produce un grave atentado de ETA. Mikel se marcha sin dar explicaciones y nadie sabe dónde se encuentra. Gorka, preocupado, se pregunta si habrá tenido algo que ver. Sin embargo, el desaparecido regresa más tarde al vecindario con un regalo bajo el brazo para el sacerdote y Maica.

Manolita recoge un misterioso sobre que le envió Juan antes de morir. Dentro de él, junto a una carta pidiéndoles perdón hay una cinta. En ella se escucha al remitente conversando con Beltrán y afirmando que, si llega a fallecer, él será el único responsable. Asustada, le narra lo que ha descubierto a Figueras y Marcelino. Este último logra disuadirla de ir a comisaría: “No sabemos si Martín-Cuesta lo mató. Encerrarle por un crimen que no estamos seguros que cometió no le hará justicia a nuestra hija”.

Hasta las manos de Estefanía llegan el resto de las grabaciones de Zúñiga. En una de ellas se le escucha hablando con un individuo americano sobre una operación internacional que podría cambiar el curso de los acontecimientos. Tras mostrarle los comprometidos mensajes a Abel, decide hablar con el Cesid y averiguar qué hay detrás de esa misteriosa misión.

Por su parte, Cristina ya sabe qué es lo que le ocurre a Guillermo y se lo cuenta a Quintero: “Lo sucedido con Armando Ordóñez y la inhabilitación le han dejado la autoestima por los suelos. Cree que es un mal abogado”. Los dos amigos resuelven hablar directamente con Galán y hacer que cambie de actitud, pero él no se muestra por la labor de escuchar consejos.