El día más agridulce

 La boda de Matías se está celebrando. Don Anselmo le pregunta si desea a Marcela por esposa y a él le asaltan las dudas al ver a Beatriz, que permanece en la entrada de la iglesia. Se gira hacia el altar cuando el cura le repite la pregunta.

En contra de lo que le dicta su corazón, pronuncia un triste “sí, quiero” y le coloca el anillo.

Así se le va la última oportunidad de estar junto a la mujer que de verdad ama.

Ella regresa destrozada a Los Manantiales sin dejar de repetir en su cabeza algo que no acaba de creer: “Se ha casado”.

Tras el incidente, el molinero dice a Matías que cuide a su hija como se merece delante de Emilia y Alfonso.

Doña Francisca y Raimundo son los primeros en felicitar a la pareja. Ulloa se siente orgulloso de su nieto porque cree que ha hecho lo que debe, y espera que sea feliz.

Después, se acercan la mujer de Hipólito y la dueña del colmado.

La maestra se acerca cariñosamente a los recién casados para darles la enhorabuena.

También lo hace Fe, que sigue sufriendo los comentarios de Onésimo.

… Emilia y Alfonso, conscientes del conflicto interno que vive su hijo, tratan de animarlo asegurándole que con el tiempo será feliz.

El cura somete a su equipo de rugby a intensos entrenamientos…

… en los que ha tenido sus más y sus menos con Onésimo.

Pocos días antes de las fiestas de Puente Viejo, cuando se celebrará el partido con el pueblo de al lado, el sacerdote cree que el equipo está preparado.

En La Casona, de vuelta de la celebración, la criada no puede disimular su alegría al ver a Mauricio…

… a quien convence para que la acompañe a su cuarto.

A la mañana siguiente, la criada tiene un brillo especial en los ojos…

… algo de lo que se percata la Montenegro y que la inquieta.

Poco después llama a Mauricio para comentarle que cree que necesita una mujer a su lado y que le buscará la adecuada.