Las sopechas de Doña Francisca, 'El secreto de Puente Viejo'

En La Casona se viven horas difíciles. Prudencio agoniza y debe ser operado de urgencia, pero no consiguen sangre. Sin un ápice de humanidad, Fernando va a verlo y se burla de él: “¡Qué lastima! Vas a morir y nadie va a echarte de menos”.

Se equivoca… Saúl llega para preguntar por el estado de su hermano y, al conocerlo, acepta ser el donante que necesitan pese al daño que le ha infligido y a la negativa de Julieta. “No soportaría que te ocurriera algo malo”, asegura ella.

La intervención resulta un éxito y, a los pocos días, el paciente se recupera satisfactoriamente.

Por fin, Marcela y su hija Camelia reciben el alta y regresan a casa, donde las recibe un emocionado Matías. Este dice a quien quiera escucharlo lo buena enfermera que es Elsa, a quien está enormemente agradecido.

Mientras tanto, la muchacha permanece en cama debido al agotamiento extremo que sufre a causa de las largas jornadas en el hospital de campaña. Álvaro se desvive por ella y no la deja ni un minuto sola. Antolina saca partido a la situación y asegura a Issaac que Elsa ya lo ha olvidado, así logra seducirlo de nuevo.

Para sorpresa de Carmelo, Severo, Adela e Irene, Eustaquio Molero se presenta en el salón municipal y enumera los agravios por los que los implicados en el tiroteo del que se acusa a su hijo serán denunciados. Los cuatro se ponen nerviosos aunque no creen que el empresario pueda evitar la cárcel a su vástago, que disparó a Prudencio cuando quería acabar con Julieta.

María se queda embobada al ver a Fernando en el salón leyendo y escenificando un cuento a sus hijos. Luego, se suma a la reunión y los cuatro disfrutan de una agradable tarde entre risas y juegos, lo que disgusta a doña Francisca.

“¿Estás enamorándote de Mesía?”, le pregunta sin tapujos cuando se queda a solas con ella. La rotunda negativa de la joven no convence a la Montenegro, que remata: “La amistad entre un hombre y una mujer no existe”.

Ajeno a esto, Fernando recupera su verdadera cara cuando exige duramente a Prudencio que retome cuanto antes sus funciones.

En contra de todo pronóstico, Lamberto Molero queda libre gracias a las pruebas y testigos falsos que ha conseguido su padre. Este, satisfecho y victoriosos, entra en la bodega de Fe, donde Saúl y Julieta junto con sus amigos preparan su boda.

Tras escuchar sus veladas amenazas, todos se convencen de que el empresario impedirá el enlace.

Una vez recuperada, Elsa sale a pasear y todos la felicitan y le dan regalos en agradecimiento por su trabajo en el hospital, lo que le hace recapacitar sobre su decisión de abandonar Puente Viejo.

Isaac, por su parte, se muere celos cada vez que ve a la chica con Álvaro, a quien increpa una tarde.

Cuando el médico le comenta confundido el encontronazo a Elsa, esta trata de decirle que estuvo a punto de casarse con el carpintero. Sin embargo, él no le permite explicarse: “Todos tenemos un pasado y no hay por qué removerlo”.

Horas después, dos individuos atacan al doctor, que a duras penas llega al hospital. Allí lo descubre Elsa en lamentables condiciones. “No cuentes a nadie cómo me has encontrado”, le suplica él.

Así, despista a Zabaleta haciendo que salga de la sala, pero cuando regresa al lado del médico este ha perdido la consciencia…

Mientras Melitón investiga la legalidad del producto para la memoria de los Mirañar, don Anselmo y Paco comparten bonitos recuerdos después de tomarlo.