Rescate y muerte, ‘El secreto de Puente Viejo’

El conde Anacleto regresa para ofrecer a Irene el puesto de columnista en su periódico, esta vez firmando con su nombre. Aunque la idea le ilusiona, la mujer le pide tiempo para pensarlo.

Tras la boda, Julieta y Saúl viven días maravillosos en los que se repiten que no imaginaban tanta felicidad. Una tarde, Severo y Carmelo van a visitarlos para incrementar su dicha. “Vamos a retiraros la escolta. Según la información que nos ha llegado, ya no debemos temer a Eustaquio Molero ni a su hijo, Lamberto, se han dado por vencidos”, les notifican.

Después de declararse a Elsa, Álvaro le comunica que se irá a la ciudad para pagar a los usureros. En su ausencia, Dolores propaga el rumor de que el doctor no es trigo limpio pues ya se ha enterado del enfrentamiento con los matones.

Matías y Marcela intentan, en vano, que deje de cotillear. En esas la pilla Elsa, que la calla: “No hay nada oscuro en el médico, le pegaron por contraer una deuda pero fue para sanar a unos niños en Portugal. Álvaro no es un pendenciero, sino un santo”.

Mientras tanto, Tiburcio y don Anselmo citan a los vecinos para que acudan a misa de doce. El cura está convencido de que conseguirá así acabar con los enfrentamientos provocados a raíz de la ingesta de ginkgo.

Adela sufre una crisis debido a la esquirla que tiene alojada en la cabeza y se desmaya. El doctor Zabaleta acude enseguida a la llamada de Carmelo, Irene y Severo, que estaban con ella, y les da un diagnóstico nada halagüeño: hay pocas posibilidades de que la mujer sobreviva.

La periodista, preocupada, decide dedicarse a su amiga por lo que rechaza la oferta de Anacleto. El conde, comprensivo, se ofrece a ayudarla.

De regreso a Puente Viejo, Álvaro agradece a Elsa el dinero que le dio para saldar la deuda y le regala un prendedor. Mientras tanto, en la carpintería, Isaac confiesa a Matías que no soporta a Antolina porque no deja de malmeter contra la enfermera y él le sugiere que se muestre comprensivo y pase más tiempo con ella: “Solo está celosa”.

Siguiendo el consejo, invita a su esposa a pasear pero se arrepiente.

La pareja se encuentra con Elsa y el doctor acaramelados y a duras penas puede controlar sus sentimientos.

Lo mismo le sucede a Fernando con Roberto, que ha aceptado el ofrecimiento de María de quedarse en La Casona. Para colmo, doña Francisca, a quien tampoco le cae bien el recién llegado, aumenta su inquietud: “¿Vas a quedarte de brazos cruzados?”. Entonces, Mesía ordena a Prudencio investigarlo.

Nerviosa se pone también Fe después de que Consuelo le informe de que un forastero, de nombre Faustino, ha preguntado por ella.

Julieta va al bosque en busca de bayas para hacer una tarta a Adela ...

...cuando Eustaquio y Lamberto la acorralan y la fuerzan.

Asustado por la tardanza de su esposa, Saúl sale a buscarla junto a Carmelo y don Berengario.

Tras separarse del joven, estos escuchan incrédulosa los Molero jactarse de lo que le han hecho a la chica.

El alcalde pierde el control al comprobar el lamentable estado de Julieta y dispara a Eustaquio, que muere.

Lamberto lo apunta dispuesto a matarlo pero don Berengario, en un arrebato, coge otra arma y acaba con él.

“¿Cómo he podido hacerlo, perdóname, Señor”, clama al cielo mientras constata el crimen.

Poco después, Julieta les suplica que callen lo ocurrido y, siguiendo las indicaciones de Carmelo, entierran los cuerpos y regresan al pueblo. Allí cuentan que Julieta ya está en casa y que los Molero huyeron.