“¡Eres un miserable!”

Tras la decepción de saber que Pepa le es infiel, Eladio echa a su mujer de casa por no quererle decir el nombre de su amante. La situación en casa, juntos, se hace insoportable.

La mujer, desesperada, se va y tras dar vueltas por el barrio algo ausente y encontrarse a algunos vecinos, como a María, que se perocupa al verle tan mala cara. Luego, Pepa acude a la pensión a contárselo a Toni. “Se acabó. Voy a poner fin a esto ahora mismo”, dice su amante.

Tras la confesión de Toni, Eladio se ha quedado frío y se dirige al Café Reyes donde cuenta a Guillermo la situación en su matrimonio. “Éramos tres…”, confiesa.

Cada minuto, Eladio se siente cada segundo más estúpido y se enfrenta al que consideraba su mejor amigo. “Jamás podré perdonarte esta traición. ¡Eres un miserable!”, grita fuera de sí y dándole un empujón.

Toni intenta justificarse, diciendo que no pudo hacer nada por evitar enamorarse de Pepa, que todo surgió sin querer y que nunca quiso hacerle daño, pero Eladio no quier ni escuchar una palabra del que considera un traidor.

Antes de irse y aunque Toni no ha contestado a sus provocaciones, Eladio empuja a su enemigo al suelo. Después de esto, el joven va a buscar a Pepa y le pide que huyan juntos. Teme que su amor traiga peores consecuencias si se quedan.

Miguel regresa a Madrid nada más enterarse de la detención de su esposa. “Me da miedo que en su estado pase más tiempo en el calabozo”, asegura a sus suegros.

Entre todos, contactan con un prestigioso abogado de quien les han hablado, pero sus honorarios les resultan demasiado elevados. Inesperadamente, el licenciado Miralles se apiada de ellos y se compromete a ayudarles.

La familia ve algo de luz ante la aparición de este abogado. El problema es ir contra un hombre tan malvado como Parrado, que llevaba mucho tiempo detrás de la detención de Leonor.

Aun sabiendo lo que puede suponer un enfrentamiento con él, Ayala se dirige a la comisaría para exigirle a Parrado la liberación inmediata de su mujer. Al agente, esto le parece una provocación y le invita a irse de malas maneras.

Eugenio cuenta a Benigna su intención de dejar Madrid. La mujer insiste en saber la causa, pero el doctor se muestra cauteloso, nadie puede descubrir su pasado…

La traición de su mejor amigo supera a Eladio. Solo la intervención de Carmen consigue frenar su venganza contra Toni que, temiendo que el asunto vaya a mayores, planea huir de España.

Pepa acepta irse con su amante, pero antes, quiere hablar con sus hijos: “Estoy dispuesta, pero debo contárselo”, dice a Toni. No obstante, ni Ángel ni Carmen pareceb dispuestos a perdonarla.

Ni quiere escucharla, ni quiere saber nada de Toni. Ángel se muestra totalmente decepcionado con su madre y apoya a su padre en todo.

En El Asturiano se recibe una inquietante llamada: “Debemos  comunicarles que Leonor ha sufrido un accidente en la cárcel”. Pronto se confirma la peor de las noticias: la hija de Manolita ha perdido el hijo que esperaba.

Una vez en contacto con su amiga, Remedios le confiesa el motivo de su regreso: “Tengo una enfermedad incurable y prefiero morir al dolor… Necesito que me ayudes…”.

Otra despedida se produce en el barrio: Martos piensa irse para evitar que su pasado salga a la luz. No obstante, la despedida de Adela le resulta demasiado dura.

A pesar de su distanciamiento en los últimos meses, Adela llora desconsolada. “No nos dejes solas. Temo que si te vas Sofía empeore. Llevas su dolencia desde niña”.