“Quiero la verdad”; ‘Amar es para siempre’

Desde su conversación con Paco, Manolita está convencida de que su hija no murió de una sobredosis y está dispuesta a encontrar el verdadero motivo. “Voy a demostrar que Marisol fue asesinada. Me da igual si me apoyas o no”, asegura a Marcelino, incómodo con la idea. Enterado del problema, Abel da la razón a la cocinera y aconseja as su marido apoyarla: “La actitud de tu mujer es comprensible. No la dejes sola, aún quedan incógnitas”.

Estefanía se encuentra en una difícil situación al tener que espiar a Sáez de Abascal, por quien se siente atraída. Para evitarlo, trata de que pise poco el Metrópolis. Todo cambia cuando, esa tarde, se recibe una mala noticia: ETA ha vuelto a matar y esta vez ha sido a un compañero de Abel. “Es una locura. Los militares debemos actuar ya”, insiste ante su cuñado, Beltrán.

Entre tanto, la tensión en el bufete aumenta cuando se hacen con el borrador de la Constitución Española y, como despacho laboralista, Cristina quiere analizarla a fondo. Sin embargo, Guillermo le pide centrarse en casos que den dinero. “No podemos continuar sin financiación”, insiste. “Y tampoco perder nuestra esencia”, responde ella.

Una semana después de su boda, Manolín continúa poniendo distancia con Emma: “Entiende que ahora solo pienso en mi hermana. Me cuesta asumir que no está y no me centro”. La recién casada, molesta, lo manda a dormir a la alfombra: “Cuando te comportes como un hombre, subes aquí”.

Desolada, pero decidida a investigar por su cuenta, Manolita busca la complicidad de Benigna y Pelayo. Ninguno le da su apoyo y el tabernero comienza a notar los efectos de las preocupaciones en su cuerpo. Esa tarde, visita la consulta de Abel. “Tenéis que enfrentaros en conjunto al problema”, le aconseja el médico. Así lo hacen los Gómez, pero la terapia de grupo acaba en un cruce de acusaciones.

Atento a sus movimientos, Miguel insiste a Estefanía en cumplir con lo pactado. “Tu hermano podría ser trasladado muy pronto. Tú verás lo que haces”, amenaza.

Como pronosticó Quintero, Virginia se entera de que su madre era prostituta y, aunque le duele, lo que realmente enfada a la chica es el paripé de Benigna. “Me siento como una tonta. ¿Qué ganabas con mentirme?”, le pregunta.

Finalmente, Emma se apiada un poco de Manolín y trata de que se sienta a gusto en su nueva familia. “Sé que convivir con mi tía no es fácil”, reconoce. También Maica da otra oportunidad a Fabián, que promete comportarse y no volver a escaparse.