¡Rodrigo vuelve al barrio!; ‘Acacias 38’

Genoveva recibe a Rodrigo a su llegada a España y le ofrece la oportunidad de llevarlo con su esposa a cambio de que le entregue la fórmula del gas nervioso que descubrió y que su esposo anhela. “Es un buen trato, así recuperarás la vida que siempre has tenido y que tanto te gustaba”, asegura ella.

Cuando se niega a poner en sus manos un químico tan peligroso, la mujer, que no piensa rendirse tan fácilmente, hace encerrar al muchacho y ordena a Cuevas que lo vigile.

Por fortuna, el cautivo logra escapar y se reencuentra en Acacias con su mujer, que sufre una fuerte impresión al verlo de nuevo. Genoveva interrumpe el tierno momento y se lleva al hombre a la fuerza, mientras que a Valeria la amenaza: “Si no me das la fórmula, mataré a tu marido”.

Desde que Moncho se fue, Lolita ha encontrado un gran apoyo en su suegro y parece que la relación entre ambos vuelve a ser la misma de siempre. Sin embargo, todo cambia de golpe una mañana en la que la señora observa a Palacios esconder una considerable suma de dinero en el escritorio de su despacho.

Para salir de dudas, la mujer decide enfrentarlo y preguntarle de dónde sacó tremenda cantidad. “No es normal que me oculte cosas de este estilo”, afirma. Ramón evita responder a su interrogatorio y, horas más tarde, se marcha a una cita con Fidel, que le cuenta que ha conseguido capturar a Leonardo, el culpable del atentado en el vecindario que acabó con la vida de Antoñito y Carmen. El odio se apodera del empresario.

Mientras, Fabiana entra en la pensión y descubre que toda la planta baja está llena de humo. Preocupada, llama a Servando, quien se percata de que hay una avería en la cocina y que deberán arreglarlo pronto si no quieren quedarse sin clientes.

David obliga a confesar al esbirro de Quesada, que le revela que su jefe está detrás de la operación inmobiliaria: “Desea quedarse con todos los negocios del barrio y así ser el dueño de toda la zona, esa es su idea”. El joven hace partícipes a los vecinos de esta información. Al día siguiente, se organiza una asamblea en la que todos los habitantes de la calle votan a favor de realizar protestas y sabotear los planes del malvado criollo.

A su vez, Hortensia resuelve que va a explotar ella misma las tierras de la finca familiar y se lo comunica a sus seres queridos. “Tengo pensado plantar muchas vides, estas siempre dan su fruto. Así saldremos pronto de esta ruina y nuestro apellido volverá a ser importante”, explica.

Liberto, que la escucha con atención, se cita por la tarde con Pascual, a quien le cuenta la ocurrencia de su cuñada. Como profesional en cultivos, él le hace unas cuantas recomendaciones. Hortensia oye lo que los dos señores conversan acerca de ella y se pone echa una furia, sobre todo con Sacristán, a quien le exige que no vuelva a meterse nunca más en sus asuntos.

La dudas amorosas de Guillermo siguen, pero toma una drástica decisión y habla con Claudia para acabar su romance con ella. “No te quiero, eres una gran persona, pero creo que lo mejor es que seamos amigos”, apunta el electricista La bella bailarina lo abofetea en público y se marcha de forma altanera.

Posteriormente, el muchacho se acerca a Azucena. La pareja comienza a charlar distendidamente y se aproximan de nuevo. El instante de cercanía se ve interrumpido por Ángel, el pretendiente de la señorita.

A quien parece que le va mejor en el amor es a Felipe. No puede negar que los cuidados de su enfermera han hecho que esta se convierta en alguien muy especial en su vida. Al caer la noche, en la más estricta intimidad, se dan un tierno beso por primera vez.

Entretanto, Aurelio ya sabe por boca de Marcelo que su cónyuge está esperando un bebé y tiene intenciones de abortar. Por supuesto, él no piensa permitirlo.