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Colombia, 1821. Los padres y los hermanos de Victoria Quintero, una recién nacida de ascendencia española, mueren asesinados en el pueblo de Santa Marta por orden del poderoso comerciante Nicolás Parreño. Gracias a su nana Lorenza, la niña sobrevive y es criada en un refugio de esclavos rebeldes.
Siendo una adolescente, su piel blanca la delata y las autoridades la llevan de vuelta a España, donde es internada en un convento.
Años después, regresa haciéndose pasar por la marquesa con quien Parreño va a casarse. Su objetivo es vengarse de él y librar de sus garras a quienes la criaron y a Miguel, su amor.
Así arranca La esclava blanca, la novela de sesenta capítulos que Caracol Televisión graba desde agosto en los parajes del Valle del Cauca, Cartagena, Santa Marta, La Guajira y Villa de Leyva.
Los españoles Nerea Camacho, Goya a la Mejor Actriz Revelación por Camino en 2009, y Miguel de Miguel, y el cubano Orián Suárez protagonizan la historia, que ha tardado tiempo en ver la luz.
“La idea original es del guionista español Eduardo Galdo [Arrayán]. Nos la presentó hace tres años, compramos los derechos y a finales de 2014 me la entregaron para adaptarla a nuestro país”, comenta Juliana Barrera, productora ejecutiva.
“Él fue quien habló de Nerea, y cuando vimos su prueba nos quedamos impactados con su talento y belleza. A mí, particularmente, me gustaron su juventud y frescura. Orián proyecta una dulzura que le va muy bien a su personaje y a Miguel ya lo conocemos. Sabíamos que daría el perfil”, comenta.
El actor, galán en Bazurto y en ¿Quién mató a Patricia Soler?, se muestra entusiasmado: “Es la primera vez que hago de un ser tan despiadado, mi personaje no tiene lado bueno”.
La novela cuenta con un reparto internacional donde destacan el puertorriqueño Modesto Lacén, la peruana Norma Martínez, los venezolanos Luciano D’Alessandro y Andrés Suárez y los panameños Adrián Makala y Miroslava del Carmen.
“Estamos encantados con el elenco. Como la mayoría son extranjeros y muchos trabajan por primera vez en Colombia hemos convivido con distintos estilos de trabajo, los actores se han unido y retroalimentado para exigirse más y estar al mismo nivel. Nos hemos sorprendido gratamente”, reconoce la ejecutiva.
Nerea es una de las novatas, debuta en una novela y fuera de su tierra: “Para mí está resultando todo nuevo y positivo. He tenido que acostumbrarme al castellano de aquí y de aquella época, he estudiado a la mujeres de la alta sociedad de entonces. Todo me ha enriquecido. Además, la gente es muy cálida y abierta”.
Con una predisposición tan buena, se entiende que los actores sobrelleven sin perder la sonrisa las jornadas de once horas en condiciones adversas.
“Estamos trabajando muy duro, el calor es insoportable sobre todo si no puedes quitarte el traje. Todavía no entiendo cómo sobrevivían en aquella época, pero esta historia lo merece”, comenta Miguel.
También se lo toman con paciencia las actrices que encarnan a mujeres de la aristocracia como Nerea, Natasha Klauss o Viña Machado, que entre maquillaje y peluquería “pueden pasar hora y media arreglándose si el peinado es sofisticado”, apunta Juliana.
Los caballos tampoco se lo han puesto fácil, como detalla la productora: “Todos los actores deben montarlos y subirse a carrozas tiradas por ellos. Hemos tenido más de un susto porque muchos han acabado en el suelo después de que el animal se desbocara”.
Todos coinciden en que los momentos más duros han transcurrido en la quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta. “Allí están los calabozos donde eran castigados los esclavos. Es imposible no acordarse de ellos cuando reprodujimos esas secuencias y del dolor que debieron de sentir”, comenta Nina Caicedo, que encarna a la criada Sara.
Lee el reportaje completo en la revista Telenovela.
Al principio le costó montar a caballo de lado, como lo hacían las mujeres de la época. La dificultad está en el miriñaque o armazón duro que lleva debajo de la falda para auecarla. Ahora le sale natural.
La esclava blanca ha tenido una excelente acogida por parte del público y la crítica desde su estreno en Colombia el 26 de enero. Pero eso no ha acallado voces que hablan de de la crueldad de ciertas secuencias.
“Simplemente mostramos lo que ocurría entonces, la realidad, no inventamos nada. Creo que a nadie debe parecerle mal. Quizá así llegue el mensaje de que esto no puede volver a suceder, no se puede volver a permitir”, explica Nerea.
Ella, almeriense de Balanegra, y él, malagueño de Nerja, no se conocían antes de este trabajo. “Es una actriz con muchísimo talento”, dice Miguel sobre Nerea, su prometida en la ficción quien le hará la vida imposible.
Sara Pinzón interpreta a Victoria, el personaje de Nerea, de niña. Basta ver esta imagen para darnos cuenta de la buena relación que existe entre ellas.
Las haciendas están situadas en el Valle del Cauca, en Santa Marta se desarrollan las escenas de mar, selva y sierra; en Cartagena, las de barcos, las calles son de Villa de Leyva y los interiores de Bogotá: “Hemos elegido lo mejor del país para recrear la época”, aseguró la productora.
El 25 de enero el equipo presentó la novel en la quinta de San Pedro Alejandrino, donde se rodaba. Modesto Lacen, Miguel Nava, Ana Harlen Mosquera, Nina Caicedo, Miguel de Miguel, Orián Suárez, Nerea Camacho, Sara Pinzón, y Miroslava Morales posaron para la foto.
Aunque las jornadas de trabajo son extenuantes, el equipo siempre tiene tiempo para hacerse una foto con la mejor de las sonrisas.
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