Coma todo lo que usted quiera. Este es el lema de todo buffet libre, del que el restaurante “El Cantábrico” forma parte. Pero en “El Cantábrico” no siempre es fácil comer todo lo que se quiere: la comida no es precisamente apetecible, el local tiene un aspecto antiguo, poco atractivo y el ambiente está muy lejos de ser acogedor.
Esta semana, ‘Pesadilla en la cocina’ encara un nuevo reto y viaja hasta Cádiz para intentar ayudar a “El Cantábrico”, un buffet libre en manos de dos hermanos, Francisco y Mari Luz, con una larga tradición hostelera a sus espaldas pero con una también larga lista de problemas.
El restaurante puede presumir de haber sido el primer buffet libre que abrió en la capital gaditana, hace más de 70 años. Al principio fue todo un boom y durante años el negocio ha funcionado perfectamente. Sin embargo, en los últimos tiempos la clientela ha caído de forma alarmante. El futuro del restaurante pende de un hijo y el legado de varias generaciones corre peligro. La llegada de Alberto Chicote es el último cartucho que le queda a sus dos dueños para salvar este buffet en el que sus vidas profesionales están en juego.
Un cocinero abandona en pleno servicio
Por primera vez en ‘Pesadilla en la cocina’, Alberto Chicote invita a un amigo valorar con él la calidad de los platos del restaurante. El cantante, humorista y actor Pablo Carbonell, hombre de enorme talento y amante de su tierra, ejercerá de comensal cargado de honestidad pero también de exigencia. Y, como a Chicote, no le gustará nada la deriva de la situación, en la que la comida no alcanza el nivel de calidad esperado pero tampoco el resto de lo que rodea a un restaurante como “El Cantábrico”.
La decepción se apodera de Alberto Chicote y de Pablo Carbonel. La comida está completamente grasienta, no hay apenas ningún plato apetecible, la cocina está antigua y muy sucia, los productos están sin etiquetar y buena parte de los alimentos son de bote o congelados.
A estos difíciles ingredientes se añaden nuevos obstáculos nada fáciles de abordar: los cocineros no ponen interés alguno, preparan la comida sin aceptar las órdenes del dueño, Fran, y el exceso de aceite se convierte en el protagonista. De hecho, el cocinero no prueba nunca la comida porque no le gusta. Sólo le parece buena la que cocinan su madre y su mujer. Tampoco aceptan las críticas, hasta el punto de que uno de los empleados de cocina abandona un servicio al no asumir los comentarios de Alberto Chicote sobre la calidad, evidentemente pésima, de la comida.
Además, las discusiones son constantes y Fran empieza a estar cada vez más desanimado. Alberto Chicote tendrá que sacar ideas de donde no las hay para intentar salvar un restaurante anclado en antiguos vicios y con un nivel de interés de dejarse ayudar algo escaso.
Ignacio es experto en cultura, pero desde hace más de 10 años se ha especializado en cine y series, tanto las que se estrenan en la gran pantalla como en las plataformas de streaming. Lo mismo te habla de los estrenos de Netflix, HBO Max o Amazon Prime Video, como que te cuenta la última hora de ‘Masterchef’ o de cualquier otro programa de televisión.
Con ya una larga experiencia como crítico, conoce las mejores series y películas y le encanta verlas antes que tú para poder decirte si merecen la pena o no. Conoce todos los estrenos de la semana y le encanta recomendar series y películas a sus amigos, familiares y a los lectores, algo que ha ido haciendo en diferentes blogs personales y a través de las redes sociales. Le gusta todo: sigue a grandes directores como Martin Scorsese, Quentin Tarantino o Steven Spielberg, y se sabe de memoria todo el universo de Marvel, Star Wars, El señor de los anillos y el mundo Disney.
La cultura es su principal hobby y aunque se considera un cinéfilo, también le encanta la música, sobre todo internacional, y los videojuegos, a los que dedica todo el tiempo que le deja el cine y las series, claro. El deporte es su otra pasión, que desarrolló en sus inicios en el diario deportivo MARCA. Ignacio Herruzo es Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos en 2012. Desde entonces no ha parado de escribir desde que comenzó en 2013 en el grupo Hearst, donde ha ejercido de redactor en diferentes webs y revistas como Teleprograma, Supertele y Diez Minutos.