Se acabó el confinamiento para Jesús Calleja y el equipo de Volando Voy. El helicóptero ya se ha puesto en marcha y ha comenzado la grabación de las entregas de su sexta temporada, cuyo hilo conductor será la repoblación de las zonas vaciadas. Como sucedió en la anterior entrega, el aventurero leonés vuelve a incidir en las oportunidades que ofrece el entorno rural para aquellos que piensan en hacer un cambio de vida.
El programa ha comenzado su grabación adaptándose a las medidas de seguridad impuestas por el coronavirus. Por eso, la producción del programa se ha convertido en una gran road movie: el equipo se trasladará en caravanas por carretera y se alojarán en ellas a modo de casas rodantes que pasarán a ser escenarios integrados en los lugares rurales que visiten. Además, todos los miembros del equipo pasarán por las pertinentes pruebas para demostrar que están en perfectas condiciones.
Objetivo de la temporada: repoblar los pueblos
Sin perder de vista la esencia original del programa -visitar lugares remotos para contar las historias de sus habitantes y mostrar sus paisajes desde el aire-, la nueva temporada de Volando Voy pondrá el acento en la necesidad que tienen muchos pueblos de atraer a nuevos vecinos y retener a los que ya tienen. Para ello, en los últimos meses, Jesús Calleja ha hecho varios llamamientos a través de sus redes sociales pidiendo a sus seguidores que contactaran con el programa si querían cambiar de vida. Varias de esas historias se verán en las nuevas entregas, que serán grabadas bajo las condiciones de higiene y seguridad pertinentes.
El destino del primer programa es Maraña, en León, una pequeña localidad en el Parque Regional de Picos de Europa con la que Calleja tiene una gran vinculación porque allí se hizo montañero. Volando Voy irá también a los Valles Pasiegos, en Cantabria, para instalar Internet en una vieja biblioteca y convertirla en un espacio de coworking rural.
El tercer destino será el municipio de A Veiga, en Orense, donde unos repobladores deberán aprender todo lo necesario para hacerse cargo de una casa rural. El equipo también viajará hasta Arribes de Duero, en Zamora, donde todo el pueblo se volcará en hacer realidad el proyecto rural de los recién llegados.
El sur también tendrá su protagonismo en esta temporada: La Sierra de Segura, Cazorla y Las Villas, en Jaén, serán los lugares donde el equipo, con ayuda de la gente local, intentará reabrir la única panadería del pueblo y llevar a un panadero para regentarla. La Alpujarra granadina será otro de los destinos, en el que Calleja tratará de recuperar una antigua acequia árabe para abastecer de agua a sus habitantes, el ganado y la agricultura.
Por último, en la Pueblanueva y sus alrededores, en Toledo, Volando Voy mostrará cómo se trabaja la forja y otras artesanías para atraer herreros a la zona.