'Alta Mar': 8 pistas para descubrir el nuevo misterio de Netflix
Ivana Baquero, Alejandra Onieva y Jon Kortajarena protagonizan este drama de misterio ambientado en los años 40, que llega a Netflix el viernes 24. Bambú produce esta serie de ocho capítulos sobre un asesinato en un transatlántico de lujo, en el que cualquiera puede ser el culpable.
Llega Alta mar, la cuarta ficción española de Netflix, segunda con Bambú, tras Las chicas del cable. Como esta, también es de época, con mujeres protagonistas, pero envueltas en un drama más asfixiante, ambientado en un transatlántico en los años 40, al estilo de los relatos de Agatha Christie.
A la muerte del padre, dos hermanas adineradas zarpan de Vigo a Río de Janeiro en el Barbara de Braganza. Son distintas, pero inseparables. La mayor, Carolina (Alejandra Onieva, de Presunto culpable), va a casarse con el dueño de la naviera; Eva (Ivana Baquero, de Las crónicas de Shannara) quiere ser escritora.
El misterio. “Las dos han vivido circunstancias trágicas en su familia y parten en busca de una nueva vida. En el viaje sucede un asesinato, y Eva, una chica pasional y reivindicativa, decide investigar lo ocurrido”, explica Ivana.
Forman parte del misterio. El crimen les afecta de lleno. “Descubren que una mujer ha entrado en su camarote buscando algo entre sus pertenencias y, al poco, desaparece. A partir de ahí indagan sin ser conscientes de que cada vez corren más peligro”, avanza Carlos Sedes (Fariña, Instinto), productor y director de los cuatro primeros capítulos. Lino Escalera (Traición), firma los otros cuatro.
El ¿simpático? oficial. En su afán por descubrir la verdad, Eva cuenta con la ayuda del primer oficial, tan curioso como la novelista. “Nicolás viene de familia humilde. De adolescente robó el reloj al capitán de este barco, que le pilló y le dijo: ‘O vas a la cárcel o a la escuela naval’. Ahora son como padre e hijo –dice Jon Kortajarena–. El viaje, que arranca con grandes expectativas, pone a los personajes en situaciones inimaginables”.
Todos son sospechosos. Cualquier pasajero, de primera o tercera clase, puede ser el asesino, en un entorno cerrado obviamente hasta tocar puerto. “La serie plantea un tablero de ajedrez al espectador para que juegue su partida. Dependiendo del capítulo, las sospechas recaerán en uno u otro”, dice el director.
El detective. Las pesquisas de Eva y Nicolás entran en conflicto con la tarea del detective Varela (Antonio Durán, ‘Morris’ enFariña) mientas inician una relación sentimental. Pero Sedes nos advierte: “Frente a otras de nuestras series, como Gran Hotel o Las chicas del cable, aquí el ‘cluedo’ está por encima de las historias de amor”.
El villano. La otra relación la protagonizan Carolina y Fernando Fábregas, el propietario del buque, a quien encarna Eloy Azorín, de entrada, el villano de la historia, pues esconde muchos secretos. También viaja su hermana Natalia (Natalia Rodríguez) y su esposo Aníbal (Félix Gómez); don Pedro (José Sacristán), tío de las hermanas; y Sebastián, un seductor cazafortunas (Tamar Novas).
Entre los personajes secundarios, Francisca (Chiqui Fernández) y su hija Verónica (Begoña Vargas), sirvientas de las Villanueva, y Dimas (Ignacio Montes), al servicio de Sebastián. Entre las dos clases, la cantante de la orquesta del barco, Clara (Laura Prats) y siniestros pasajeros… Y al mando de todo, Santiago, el capitán (Eduardo Blanco).
La niña de 'El laberinto del fauno'. Sara Bilbatua (Velvet, Seis hermanas) es la responsable del reparto. Jon y Alejandra debutan con Bambú, pero Ivana ya trabajó con Sedes en la película El club de los incomprendidos: “Para su edad, sabe de este oficio y de control de cámaras”. Sus grandes ojos y su mirada destacan en los primeros planos que priman en la serie. “Tiene química con Alejandra, que clava la inocencia de su personaje, y Jon tiene ganas de aprender y se ha preparado mucho el papel”.
La música, de Federico Jusid (45 revoluciones) es clave en la narración de misterio. También el vestuario, de Helena Sanchis (Tiempos de guerra), glamuroso en las protagonistas, y en ciertos personajes (Fernando y Tío Pedro) con estética de cómic.
El resultado. Un plató de 2.700 metros cuadrados, en dos pisos, recrea las diferentes estancias, inspiradas en el Queen Mary y el Normandía, con estilo Streamline, una rama del Art Decó. “Hemos diseñado el mobiliario, salvo elementos reales de los años 40 ,como el timón y el telégrafo del puente de mando”, explica Carlos Bodelón, director de arte.
Pero el mayor reto, según Sedes, “ha sido crear la sensación de navegación, con técnicas digitales; en el plató, había pantallas gigantes donde proyectábamos imágenes marinas, de día, nocturnas, tormentas… Ha sido técnicamente complejo”.
Comprobaremos el resultado técnico y narrativo de este drama con muertes, intrigas, ambiciones, secretos y mentiras, a partir del viernes 24. “La primera tanda cierra el caso principal”, dice el director. Habrá una segunda de ocho capítulos más.
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