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Las recetas clásicas son esas que parece que todo el mundo sabe hacer, pero precisamente porque son clásicas, hay que tener la habilidad suficiente para que queden, como dirían nuestras madres, 'como Dios manda'. Todos tenemos en mente cómo hacer, por ejemplo, una tortilla de patatas (con o sin cebolla), un huevo frito (siempre con puntilla), un gazpacho, un cocido o una paella valenciana en condiciones que no termine siendo un "arroz con cosas", pero la mano experta y con experiencia es fundamental para que un plato quede rico. No hay nada como repetir y repetir hasta cogerle el punto a algo, aunque si contamos con la ayuda de una chef reconocida como Samantha Vallejo-Nágera, se nos simplifica el trabajo en la cocina, y ahora, por fin, podemos hacer un sofrito clásico español de profesional gracias a sus consejos. ¿El truco? Según cuenta en su canal de YouTube, el tiempo: "Cuanto más despacio vaya, mejor", ha desvelado sobre su secreto de cocina.
Un sofrito es la base de muchos platos que comemos habitualmente: pasta, pescados, arroces, carnes de cualquier tipo, pizzas... por lo que si ya esa base está bien hecha, el resto ya es difícil que quede mal. A sus 55 años, Samantha, jurado de 'MasterChef' desde su primer programa en 2013, tiene décadas de experiencia en la cocina con recetas clásicas y de alta cocina, como la de su pollo ligero y económico, y si nos lo dice ella, nos fiamos. ¿Cómo hacer un sofrito bueno de verdad? Ella lo tiene claro: "Lo más importante: mucho tiempo y 'chup-chup', fundamental para el sofrito, nada de prisas porque, cuanto más despacio vaya, mejor saldrá".
Ingredientes para la receta del sofrito clásico de Samantha Vallejo Nágera
- 2 cebollas blancas
- 2 dientes de ajo
- 3 tomates
- Pimentón
- Aceita de oliva
- Sal
Hacer un sofrito es bastante sencillo pero, como ella dice, hay que dedicarle tiempo. Antes de ponernos a cocinar, lo primordial es preparar los ingredientes: las cebollas, en dados; y a los tomates hay que hacerles un corte en cruz para escaldarlos. Con este corte conseguimos que el tomate, al meterlo en agua hirviendo, no se deshaga con el calor. Menos de un minuto es suficiente, y de ahí corriendo a un vaso de agua con hielo para parar la cocción, y así que la piel después salga fácilmente. "Se hace mucho con las verduras, siempre hay que tener el agua helada preparada para que luego quede crujiente", añade Samantha como truco para cocer verduras. Posteriormente, cortamos el tomate ya pelado en 4 gajos, quitamos el corazón con las pepitas y cortamos la parte carnosa en cuadraditos. Cuanto más pequeños, menos tardará en hacerse luego.
Las propiedades del tomate: ¿sabías que en realidad es una fruta?
Efectivamente, científicamente hablando, el tomate es una fruta, ya que sale de una flor y contiene semillas (como las manzanas, las peras o el melocotón), aunque en la cocina se considera una hortaliza o incluso una verdura. Hay muchas recetas con tomate, y entre sus propiedades más llamativas destaca su gran cantidad de vitaminas, especialmente del tipo C, minerales y antioxidantes como el betacaroteno (que luego nos ayuda a coger ese color bronceado en verano), es bajo en calorías y también contiene licopeno, potasio y mucha fibra, ayudando con todo ello al sistema inmunitario y al digestivo.
Paso a paso de la receta de sofrito clásico de Samantha Vallejo-Nágera
Una vez que ya tenemos todo listo, lo siguiente es ponernos a cocinar. En una sartén, echamos unos 50 ml de aceite, lo justo para cubrir la base con una fina capa. A continuación, echamos las cebollas picadas y los dos dientes de ajo pelados y enteros porque, como dice Samantha, "es lo que más tarda". Removemos a fuego medio hasta que todo quede bien impregnado. Aquí entra en juego el truco del tiempo: "Te hablo de 15 ó 20 minutos para que la cebolla quede transparente y blandita y que coja todo el sabor", dice la cocinera.
Cuando la cebolla haya cogido un tono dorado suave y se transparente, echamos una pizca de pimentón. "No se puede echar sobre aceite hirviendo porque se quema (y luego amarga mucho), pero aquí tenemos la cebollita. Tampoco mucho, sólo un poquito", aconseja Samantha. Justo después, añadimos los tomates. "Cocinamos alrededor de 5 ó 10 minutos". Ahí es el momento de echar sal, y de ver si hemos echado poco aceite (para añadir más), o de retirarlo con una cuchara si nos hemos pasado: "Importante: el sofrito nunca tiene que estar flotando en grasa", aconseja Samantha. ¿Y cuándo saber que el sofrito está listo? Cuando al ir removiendo veamos que el tomate ya se deshace solo. Pruébalo ¡porque está increíble!
Todo sobre el aceite de oliva: el oro líquido de la cocina
Muchas veces habrás oído eso de que el aceite de oliva es el "oro líquido de la cocina", pero ¿por qué se le llama así? El aceite de oliva (especialmente el virgen extra, conocido como AOVE) es uno de los productos culinarios más completos, y tiene tantos beneficios para la salud que de ahí su apodo, ya que, según la Fundación Española del Corazón, ayuda a regular el colesterol 'malo' y potenciar el 'bueno', controla la presión arterial, tiene propiedades antiinflamatorias, un buen aporte de antioxidantes y también vitamina E y polifenoles - que ayudan a prevenir enfermedades degenerativas y cardiovasculares, y retrasan el envejecimiento-. La cantidad diaria recomendada es de 3 a 6 cucharadas soperas, y se puede consumir tanto en crudo como cocinado, ya que incluso a altas temperaturas mantiene muy bien sus propiedades. ¡Todo beneficios!
