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Nadie diría, con su estrella Michelin, que el chef Pepe Rodríguez nunca tuvo ilusión ni vocación por la cocina, y que acabó en ella por pura carambola del destino. Él mismo nos confesó hace años en Diez Minutos que, de joven, quería ser futbolista o cantante, pero ese sueño se desvaneció cuando se tuvo que meter en los fogones junto a su hermano, Diego, para sacar a su familia adelante cuando su madre enfermó y no pudo hacerse cargo del restaurante familiar. Pero el simple hecho haber estado rodeado de ese mundo desde pequeño ya le daba unas tablas que pocos tenían con su edad. Con sólo 25 años se presentó a un concurso de cocina en Vitoria donde coincidió con otros grandes de la cocina, como Ferrán Adriá o Martín Berasategui. Era cuestión de tiempo que su cocina, sencilla pero de una calidad supina, despuntara entre los críticos, y así lo hizo en 1999, cuando recibió una estrella Michelin. Él sabe que su menú es bueno, de hecho de los mejores, pero con el éxito de 'El Bohío', su restaurante en Illescas, se dio de bruces con la realidad: "En Francia valdría 250 ó 300 euros sin pestañear, pero yo no lo puedo cobrar porque en España no me lo pagan", dijo en una entrevista recientemente.
Llevar un restaurante, mientras cumple con 'MasterChef' a pesar de que no le guste, reconoce que no es tarea fácil, e incluso apuesta por dar nociones básicas de economía a quies se 'atreva' a abrir un negocio, porque las deudas no suelen tardar en llegar, como le pasó a él, aunque en su caso salir en 'MasterChef' y la fama que trajo consigo salvó su restaurante: "A veces hemos perdido la perspectiva de que un restaurante es un negocio donde se tiene que ganar dinero, donde la gente hace un trabajo y tiene que cobrar, y cobrar bien, dignamente. Y esto a veces se nos va. Por eso hay tantos restaurantes que han quebrado, porque claro, los montan, a veces, para el reconocimiento. No: esto es un negocio donde cuesta mucho dinero mantenerse, y esto tiene que tener sentido, que se gane dinero, que se pague a todo el mundo, que sea rentable... Dicen 'ah, claro, yo es que no sabía...', pues sí, hay que pagar, y hay que pagar los impuestos, esto, lo otro... y, de lo que te queda, lo otro también... no es oro todo lo que reluce", contó en el podcast 'La escalera roja'.
Saber cómo cuadrar las cuentas no es tarea sencilla, y puede dar muchos quebraderos de cabeza: "Puedes tener dos camareros, dos tíos más en cocina... ya, pero si estás dando 15 comidas, solo con eso o subes el precio o das más comidas. Y si subes el precio, estás fuera de lo que la gente puede pagar... son muchos matices", señala. "Esto es economía pura y dura de cualquier negocio. A veces en la hostelería ha habido algo bucólico, un poco artístico, que se ha perdonado y ha perdonado lo económico, y ha sido un error tremendo. Nos deberían hacer estudiar economía antes de montar un restaurante, porque no deja de ser un negocio donde alguien se deja la piel, el dinero, o el dinero de sus padres, o de sus socios... por eso, y si no lo sabéis os lo digo yo, si cogiéramos los 100 restaurantes más importantes de España, no sé qué porcentaje, pero sería muy corto, son pocos los que son cocineros propietarios. El resto, o están en los bajos de un hotel -que lo sufraga el hotel-; o el local no es del cocinero, sino del socio inversor, porque hay un grupo o un fondo de inversión detrás que pone la pasta...", cuenta sobre la realidad de muchos restaurantes. "Una familia o un tío solo, del que salen de su bolsillo 15 o 20 nóminas al mes, el alquiler... de esos hay los justos", afirma contundente.
Pepe Rodríguez sobre el precio de los menús en su restaurante: "No quiero normalizar que un restaurante de 400 euros debe ser normal"
En su entrevista, Pepe también ha querido romper una lanza a favor de los restaurantes de Alta Cocina que cobran centenares de euros por un menú degustación, como hace Dabiz Muñoz en 'DiverXO', y por lo que ha recibido críticas muy duras. El toledano ha querido defenderle: "Un restaurante de ese nivel tiene que costar ese precio. No puede costar menos, si no no es viable. Un restaurante de ese nivel, en Francia, vale 800 pavos por cabeza... pero es que esto no es Francia", ha dicho, dejando claro que en España no hay apenas cultura de pagar grandes sumas de dinero por comer, y es que para mucha gente la calidad no es suficiente para soltar 300 euros por cubierto.
"Un restaurante de mi categoría, en un pueblo, con un mantel de hilo, con dos 'sommeliers'... en Francia vale 250 o 300 euros sin pestañear. Pero yo no lo puedo cobrar porque en España no me lo pagan", se ha sincerado con dureza, pero en el fondo lo entiende: "Estamos siempre en desventaja. En Francia tienen otro nivel de vida, porque hay un público que lo entiende y lo paga, y porque la gran mayoría de esos grandes restaurantes funcionan con mucho extranjero. Tampoco quiero frivolizar. No quiero normalizar que un restaurante de 400 euros debe ser normal. Pero es que de estos hay 5 en España. Es que hay 100.000 o un millón de restaurantes. Que haya 5 que puedan hacer eso, me parece bien. ¿Por qué no va a haber 5 grandes en cada disciplina? Me parece muy bien que haya grandes tenistas, jugadores de fútbol, de baloncesto... pues también cocineros, por supuesto que sí", ha afirmado.
















