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La infanta Cristina se refugia en su familia tras firmar el divorcio con Iñaki Urdangarín. El pasado 24 de enero, cuando se cumplían dos años del anuncio de su separación tras las fotos del ex duque de Palma con Ainhoa Armentia, conocimos que la ex pareja había firmado su divorcio ante notario por el que Iñaki no recibirá pensión pero si cubrirán los gastos comunes de sus hijos acorde a sus posibilidades y la casa de Bidart es propiedad de la hija de los reyes Juan Carlos y Sofía aunque Iñaki la podrá utilizar cuando la use para estar con sus hijos.
El pasado 11 de febrero, la infanta Cristina disfrutó de unos de sus planes favoritos: ir a animar a su hijo, Pablo Urdangarín, en su partido de balonmano. Si hace unos días era Victoria Federica la que apoyaba a su primo, en esta ocasión, la hija del rey Juan Carlos y la reina Sofía lo ha dado todo en el palau d'Esports de Granollers para animar al equipo de su hijo, el Fraikin BM Granollers contra el Helvetia Anaitasuna.
La infanta Cristina todavía luce su alianza de boda con Iñaki Urdangarin
La infanta Cristina compartió grada con Johanna Zott, la novia de Pablo Urdangarín, y las dos se mostraron entregadas a animar al Granollers haciendo ruido con palos hinchables y con sus voces. Sus ánimos surtieron efecto porque el equipo de Pablo ganó por 32-31 al equipo navarro y el joven, que se estaría planteando cambiar la universidad presencial por la de distancia para centrarse más en el balonmano, marcó 2 de los goles de su equipo.
Tras el final del partido y la victoria del Fraikin BM Granollers, Pablo Urdangarín, que llegó a este equipo el pasado verano, y sus compañeros de equipo se acercaron a la grada para recoger las felicitaciones de su familia y amigos. Pablo se mostró muy cariñoso con su novia, Johanna Zott, y su madre, la infanta Cristina, a la que se acercó en varias ocasiones y le dio varios besos y abrazos demostrando la relación tan estrecha que tienen madre e hijo.
Tras el final del partido y las felicitaciones, la infanta Cristina y Johanna Zott, muy feliz al lado de su chico y su familia, esperaron a que Pablo Urdangarin saliera del vestuario y, los tres juntos, se dirigieron al parking del pabellón para recoger su coche.
