En la capilla de San Jorge en el castillo de Windsor se respiraba romanticismo este 19 de mayo. Ilusionado y feliz, Harry llegó a la capilla de San Jorge acompañado de su hermano. El príncipe esperaba, sonriente pero también con gestos de nerviosismo, la llegada de su prometida, que apareció radiante y recorrió sola los metros que separan la puerta de la capilla hasta poco antes del altar donde la esperaba Carlos de Inglaterra, que en unos minutos se convertiría en su suegro.
Nada más encontrarse, Harry y Meghan conversan, se miran emocionados y se cogían de la mano. El príncipe le ha dicho: "Estás preciosa" y además ha agradecido a su padre que haya ejercido de padrino con un "gracias papá".
La ceremonia religiosa ha sido oficiada por el arzobispo de Canterbury, el mismo que también bautizó a la novia para que adoptara la fe anglicana el pasado mes de marzo, a quien acompañaba el decano de Windsor, David Conner, así como el obispo presidente de la Iglesia Episcopal de EEUU, el reverendo afroamericano Michael Bruce Curry.
Desde las primeras filas y con lágrimas en los ojos, los miraba atentamente la madre de Meghan, Doria Ranglan. Y es que la ceremonia ha sido de lo más romántica, ya que los novios no paraban de dedicarse muestras de cariño y miradas enternecedoras. Además, han elegido el tema 'Stand by me' para que lo interpretara el coro y ha sido uno de los momentos más emocionantes.
La hermana de Diana de Gales ha sido quien ha abierto las lecturas de una ceremonia que ha cumplido con algunas tradiciones instauradas en la monarquía británica como ha sido el tema de los anillos, que son de platino y oro galés. Este ha sido, además, otro de los momentos más entrañables. En la ceremonia ha cantado un coro gospel y también se han oído los sones de un joven violonchelista descubierto por Harry.
