La capilla de San Jorge recibió, ayer, a unas 600 personas vestidas de gala para ser partícipes del día más esperado del año. Meghan Markle y el príncipe Harry se daban el 'Sí, quiero' ante la multitud de Windsor para, después, poner rumbo a una recepción privada con la reina. Pero al caer la tarde, ambos reaparecían con nuevos estilismos para montarse en un descapotable y disfrutar de una fiesta privada organizada por el príncipe Carlos de Inglaterra. Hacia las ocho de la tarde, comenzaba la celebración en la residencia de Frogmore House, a escasa distancia del castillo de Windsor.
Frogmore House es un lugar muy especial para Harry, allí fue donde hicieron su primer posado oficial y fue, allí, donde Meghan y Harry vivieron sus primeros momentos de noviazgo en forma de 'escapada'.
Un menú orgánico
El menú de la fiesta tuvo un marcado carácter ecológico con entrantes y canapés elaborados a raíz de ingredientes orgánicos. Pero al caer la noche, para reponer fuerzas del baile, no faltaron las hamburguesas, pizzas y algodón de azúcar. Sin olvidar los maravillosos cócteles de los que pudieron disfrutar.
Reducción de invitados, y con restricciones
De los 600 invitados iniciales, pasaron a tan solo 200, entre los que no faltaron rostros como George Clooney y su mujer, que pudieron bailar al ritmo del DJ Sam Totolee o Elton John.
Cabe destacar que tuvieron totalmente prohibido contar nada de lo sucedido, de hecho, tuvieron que dejar a un lado sus teléfonos móviles.
Fuegos artificiales, ritmos del mundo...
La noche cerró con un espectáculo pirotécnico. Además, la noche tuvo aires hawaianos y africanos que encandilaron a los invitados.