Donald Trump ha llegado al Reino Unido con polémica. Además de sus polémicas palabras en las que le proponía a los británicos 'saltarse' las normas de la Unión Europea y llevar adelante el Brexit, la negativa de Meghan Markle ha reunirse con él habría llenado ríos de tinta. El pasado 3 de junio, el presidente de Estados Unidos y su esposa, Melania, aterrizaban en las islas británicas y su primera parada era el palacio de Buckingham. El máximo mandatario norteamericano y su esposa aterrizaban en los jardines del palacio con su helicóptero y, a pie de escalerilla, le esperaban Carlos y Camila.
El príncipe heredero al trono británico y la duquesa de Cornualles acompañaron hasta la entrada de Buckingham a Donald y Melania donde les esperaba la reina Isabel II de Inglaterra. Tras saludarse formalmente, el presidente y la soberana escucharon los himnos oficiales de ambos países.
Tras la recepción, la comitiva pasó al interior del palacio donde se encontraba Ivanka Trump que ha acompañado a su padre en esta visita y, todos juntos, disfrutaron de las obras de arte de la colección privada de Buckingham.
En el interior del palacio, el príncipe Harry ejerció de perfecto anfitrión con los Trump. A quien no hemos podido ver en estas primeras horas de la visita de Donald Trump al Reino Unido ha sido a su compatriota, Meghan Markle, quien, según algunos medios, habría plantado al político.
Al parecer, existe un audio en el que Trump califica a la esposa del príncipe Harry de 'desagradable' y, aunque el político lo ha negado, la duquesa de Sussex se habría negado a recibirle. Además, tiene la mejor de las excusas: está de baja por maternidad por el reciente nacimiento de su hijo, Archie.