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El rey Carlos III de Inglaterra no está pasando por su mejor momento, y es que digerir la noticia de que uno padece cáncer no es nada fácil. El monarca británico recibió la noticia hace sólo unos días y después el mundo entero lo supo a través de un comunicado. Desde entonces, Carlos ha estado de reposo (recuperándose también de su operación de próstata) en su casa de Sandringham. Desde entonces se le ha visto en una ocasión, y se mostraba bastante entero, aunque en las últimas imágenes que nos han llegado de él, la sonrisa se ha borrado de su cara y, con su gesto, ha dejado claro cómo está viviendo este momento de su vida.
Mucho más serio de lo que nos tiene acostumbrados, el Rey ha dejado su residencia en Sandringham para volver a Clarence House, su domicilio habitual, y allí, entre gotas de lluvia y acompañado de su mejor enfermera, la reina Camila, ambos se han adentrado en un coche oficial que les ha llevado hasta su casa. Carlos III está ya en pleno tratamiento de su cáncer, del que ya hemos conocido todos los detalles, y por su rostro, como es comprensible, no está siendo algo agradable.
Lo que sí está haciendo algo más feliz al monarca es todo el apoyo que ha recibido de los ingleses, y también de mucha gente de fuera de sus fronteras, con lo que se está sintiendo muy querido en estos momentos tan complicados. Aunque, sin duda, lo que seguramente le haya dado muchas fuerzas haya sido la visita exprés de su hijo pequeño, el príncipe Harry, que voló desde Los Angeles hasta Londres para ver a su padre y darle todo su cariño a pesar de la tensa relación que ambos mantienen desde hace años. Está claro que no hay nada que una más que la desgracia...
