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Federico X y Mary de Dinamarca han puesto fin a su primer viaje de Estado como Reyes. Un viaje que les ha llevado hasta Suecia y Noruega, donde han celebrado su 20 aniversario de boda, y que no ha estado exento de polémica. Aunque se dijo que los reyes daneses realizaban este viaje a bordo del Dannebrog, el yate real, el diario 'BT' desveló que los reyes de Dinamarca viajaron a Suecia en avión y utilizaron este mismo medio de transporte para regresar a Dinamarca, algo que no gustó mucho a los daneses. Pero también ha dejado imágenes para el recuerdo, como los gestos de cariño de Federico y Mary, una prueba más de que han dejado atrás la polémica surgida por las fotos del entonces príncipe de Dinamarca en Madrid junto a Genoveva Casanova. Y la complicidad de Mary de Dinamarca con la princesa Mette-Marit de Noruega.
Si durante su visita a Suecia, Mary y Federico seguieron un estricto protocolo, en su estancia en Noruega se han mostrado más relajados y distendidos. Prueba de ellos son las imágenes de la reina danesa junto a la princesa Noruega a bordo de Dannebrog, que ha sido su residencia oficial.
Mary Donaldson y Mette-Marit compartieron gestos de cariño
Los reyes daneses se reunieron con sus homónimos noruegos y el príncipe heredero y su mujer, que para la ocasión escogió un vestido negro con detalles florales, un look que contrastaba con el de su anfitriona que optó por un modelo de Zimmerman, en tonos rosas, beiges y verdes, muy primaveral, realizado en tela perforada y mangas abullonadas. Reina y princesa mostraron una gran complicidad y se saludaron con mucho cariño. Mary no dudó en abrazar a Mette-Marit y, a juzgar por las imágenes, ambas mantuvieron una charla de lo más distendida.
Unas fotos que contrastan con el 'lío' de protocolos que habían protagonizado unas horas antes cuando los Reyes de Dinamarca desembarcaron en Oslo y reina y princesa tuvieron sus dudas a la hora de saludarse. A pesar de su amistad, Mette-Marit quiso seguir el protocolo pero al acercase Mary ambas se dieron dos besos al aire, sin tocarse. Al igual que el momento de la genuflexión, inesperado por parte de la Reina. Un embrollo que terminó entre risas.
