El colaborador de Telecinco, Kiko Hernández, sufrió hace unas semanas un robo en una de las casas que tiene en propiedad. Nervioso pero con la seguridad de que la Policía está muy cerca de resolver el caso, nos ha contado en exclusiva para nuestra revista lo que hicieron los ladrones en su casa y qué se llevaron. Aunque no puede dar detalles de la investigación, está convencido de que los ladrones conocían la casa. Te damos algunos extractos de esta entrevista, pero puedes leerla entera en nuestro número de Diez Minutos que está en tu kiosko desde este lunes. No te la pierdas porque cuenta todo alrededor de esta situación que le ha trastocado por completo. Y LAS FOTOS DE CÓMO HA QUEDADO LA CASA.
La casa en la que han entrado a robar no es su residencia actual, si no que son Villa Chatín, la propiedad que fue su hogar durante muchos años, y otra casa que tiene contigua. En ambas tenía un montón de enseres personales, por lo que el colaborador de Telecinco no puede dejar de pensar "¡Madre mía como me falte esto, o aquello"!
En la entrevista Kiko nos explica que no fue él el que se acercó a las casas asaltadas a ver en qué estado se encontraban tras la noticia del robo, ya que él tenía que trabajar y no tenía fuerzas ni ganas de afrontar ese mal trago. "No sé ni cómo hice el programa ese día" afirma Kiko.
Kiko Hernández se siente muy mal, de hecho afirma sentirse "hecho una mierda" y reconoce que ha sido uno de los peores días de su vida. Y es que lo que más le ha dolido ha sido que se han llevado muchos enseres personales, incluidas cosas de personas que ya no están.
La investigación sigue abierta y la Policía ya le ha dicho que se trata de un robo raro, ya que los ladrones no se han llevado objetos de mucho valor que había en las casas y sí han sustraído discos duros, cámaras de fotos y de vídeo, cds con fotografías y todos los móviles que Hernández ha tenido desde hace años con toda la info acumulada en ellos. En estos dispositivos hay información sensible de gente muy conocida.
Aunque no quiere hablar sobre quién ha podido ser, Kiko tiene sus sospechas de que el robo ha podido ser un encargo aunque no tiene claro con qué finalidad.
No tiene miedo de que se filtre información personal sobre él ya que Kiko está muy tranquilo de que no tiene nada que ocultar, pero no va a parar hasta encontrar a los culpables, a los que avisa: "tienen razones para estar preocupados y seguro que se les atraganta el polvorón".