- El joven madrileño ha querido hacer una profunda reflexión 730 días después de este gran susto de salud.
- Tras mirar el pasado, Iker mira al futuro con mucho optimismo
El pasado 1 de mayo de 2019 la vida de Iker Casillas dio un vuelco de 180º. El guardameta sufría un infarto de miocardio mientras se entrenaba junto a su equipo en Oporto que le ha llevaba a ser ingresado de urgencia en un hospital de la ciudad portuguesa. El futbolista se encontró indispuesto mientras entrenaba esa misma mañana con su equipo de fútbol y tuvo que ingresar de urgencia en el hospital . Ahora, 730 días después de este día que le hizo ver las cosas de otra manera. Ahora, después de haber puesto punto y final a su matrimonio con Sara Carbonero tras una intensa historia de amor.
Iker Casillas ha querido hacer una escueto comentario en el día en el que se cumplen dos años desde que volvió a nacer tras sufrir un infarto. " 2 añitos después…👍 #felizsábado #vivehoymañanayaveremos #extratime", unas palabras que demuestran que Iker vive cada día como si fuera el último y siente que tras su infarto es una vida extra que está viviendo. Han sido muchos los mensajes de sus amigos que han felicitado a Iker Casillas en este día tan especial y han mandado mensajes de ánimos al exguardameta. Una de de ellas ha sido Sara Carbonero que ha dejado un mensaje con un corazón en color azul y el símbolo del infinito. Una vez más, dejando claro que entre ellos existe una gran relación de amistad tras su separación.
El primer aniversario
"Y así, sin darme cuenta, un año. No soy de los que mira el camino recorrido. No suelo alardear de las cosas que han salido bien pero en esta ocasión me siento contento por haber superado un gran obstáculo en mi vida. Ha sido, sinceramente, emocionante. Ha tenido terror, drama y ciertas dosis de ciencia ficción. Y por supuesto, humor!#soydelosquevenlabotellamediollena #buenasnochesmundo🌍", ha comentado el que se postula como futuro presidente de la RFEF.
Junto a esta profunda reflexión, una imagen con mucho significado. Él, de espaldas contemplando pensativo el océano Atlántico. El mar se ha convertido en un su mejor vecino durante todos estos años en la ciudad portuguesa lo ha acogido con los brazos abiertos y a la que vuelve siempre que puede.
