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Tiene 28 años, pero sabe perfectamente cómo funciona el mundo de la música. En 2005, con diez, se presentó al Festival Eurovisión Junior y quedó segundo. La industria se puso a sus pies, pero él añoraba ser un niño más, estar con sus amigos después del colegio jugando al balón. Sus padres se dieron cuenta y echaron el freno. Ahora, tiempo después, el cordobés puede presumir de haber exprimido al máximo su adolescencia, una etapa que le permite disfrutar hoy en día de su carrera. Antonio José está entusiasmado con su nuevo disco, 'El Pacto', un álbum "que me ha traído muchas cosas bonitas".
¿Qué nos vamos a encontrar en este disco?
Creo que soy más yo que nunca. Quería contar cosas de piel, que todo el mundo pudiera sentirse identificado. Mi anterior disco, 'Fénix', fue un resurgir para mí, y este disco supone el pacto de no volverme a fallar, de no volver a perderme.
¿Qué cambios has hecho para no perderte de nuevo?
Me he dado cuenta de lo que no quiero ser. Y creo que es lo más importante: conocerte y aprender lo que no quieres tener en esta vida.
¿Cómo está siendo la gira?
Me está llevando a lugares que tenía muy ‘dejaos’. Me estoy reencontrando con mucha gente que llevaba tiempo sin saber de ellos. Creo que este disco me va a cambiar la vida, estoy convencido.
Da la sensación que llevas tu carrera con mucha serenidad.
¿Sabes mi truco? Yo siempre pienso que a mí no se me van a caer los anillos. Sé de dónde vengo, el esfuerzo que ha hecho mi familia para que yo consiga mi sueño… Si está de Dios que yo siga creciendo como artista, fenomenal. Yo me dejo llevar, hago mi trabajo y lucho por ser el número uno en mi profesión. Si en el futuro hay que improvisar, ¡pues habrá que improvisar!
Siempre hablas con mucho cariño de tu familia.
A mí ellos me han salvado, y lo llevo por bandera. Si ellos no me hubiesen dejado ser niño, yo, me juego las dos manos, no seguiría hoy en el mundo de la música. Hubiese sido un juguete roto. Mis padres tuvieron una misión jodida. Soy su único hijo, la pasión de mi madre siempre ha sido cantar y podía haber pagado su sueño frustrado conmigo. Pero nunca, jamás. Yo recuerdo perfectamente cuando mi madre llamó a la compañía discográfica para pedir mi carta de libertad. Tenía doce años, ella se me acercó y me dijo: ¿tú qué quieres hacer? ¿quieres seguir cantando? Le dije que no, que quería jugar al fútbol y estar con mis amigos.
¿Y mantienes a esos amigos del colegio?
Sí, tengo los mismos amigos desde los cuatro años. No son muchos, pero con ellos soy el tío más feliz del mundo.
Si no hubieras retomado la música, ¿qué habrías sido?
Futbolista o profesor de Educación Física. Me encanta el deporte, aunque este año he estado un poco vaguete. Soy muy flojo, tienen que tirar de mí.
¿Qué es lo que te gusta hacer cuando no toca trabajar?
Me encanta estar tranquilo y con los míos. Soy muy familiar, me flipa, y espero el día de mañana poder inculcárselo a mis hijos. Que sientan que estaré ahí siempre, que soy su puerto.
Hace unos días presentaste en Instagram a tu novia, la argentina Belén Palaver. Es la primera vez que te muestras públicamente en pareja. ¿Por qué ahora?
Porque ha llegado a mi vida una persona que se lo merece. Me respeta, entiende esta profesión, me da alas, me escucha y es un complemento perfecto en mi día a día. Es una persona que nunca me exige nada, sabe su lugar y ha ordenado totalmente mi vida. Además, quiere mucho a mi familia, y los míos la adoran. De hecho, desde que ella ha llegado, nos hemos unido todavía más.
Vamos, que la aprobación de la suegra ya la tiene…
¡Obviamente! Estoy muy agradecido a la vida por haberla encontrado. Ojalá formemos algo bonito.
Pero ella es argentina, ¿tenéis una relación a distancia?
No, no. Ella vive ahora en España y estamos los dos juntos y muy contentos. Es actriz, periodista y cantante, y es una chica muy de andar por casa, y eso es lo que más me gusta.
¿Cómo eres como novio?
¡Eso creo que habría que preguntárselo a ella!, ¿no?
Pero seguro que eres un romántico, como en tus canciones.
(Risas) Con ella, por supuesto que sí. Ha logrado sacar cosas que hace años que estaban muertas.
Nos citamos con Antonio José en... Hard Rock Hotel Madrid
Quedamos con Antonio José en uno de los hoteles más 'cool' de la capital: el Hard Rock Hotel Madrid. Su situación es perfecta –muy cerca de Atocha– y cuenta con todas las necesidades para que te sientas como en casa. Habitaciones atrevidas y urbanas, que ofrecen desde canales de música gratuitos hasta barras de sonido y minibar con cafetera Lavazza.
La belleza de Antonio José, al descubierto
Soy coqueto… Con el pelo, con la ropa… Y ahora también me echo mis cremas en casa.
Hago mucho deporte... Me sigue encantando jugar al fútbol y cuando los amigos organizan alguna pachanga, ahí estoy yo.
Lo que no falta en mi baño… Un buen perfume. No me lo puedo olvidar. Si salgo de casa sin echármelo, tengo que volver. Te lo juro. Es una manía que tengo.
Cuido mi alimentación… Me gusta todo, no tengo ningún problema con ninguna comida, pero es verdad que últimamente no he cuidado demasiado ese aspecto. Lo reconozco: donde esté una buena cervecita con unas aceitunas… Lo malo es que últimamente lo he hecho demasiado.
Ayudante de fotografía: Idoia Vitas | Estilista: María Álvarez | Maquillaje y peluquería: Daniel de Vara Oñoro para Alberto Dugarte Intitut | Agradecimientos: Hard Rock Hotel Madrid. Ronda de Atocha, 17. 28012, Madrid. hardrockhotels.com/madrid/es/
María Larrocha es experta en cine, música, libros y temas relacionados con ecología y sostenibilidad. Y sobre todo, redactora de noticias del corazón, mundo en el que lleva con mucho orgullo desde 2004. ¿Quién no se relaja leyendo el día a día de nuestros famosos? Ahora disfruta escribiendo sobre las ‘celebrities’ en Diez Minutos, donde también te cuenta los planes que no te puedes perder o cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, empezó en la sección de Cultura de La Razón, para después trabajar en la radio, recalar como correctora en El Mundo durante unos meses y marcharse un año a Inglaterra para perfeccionar el inglés. De vuelta a Madrid aterrizó en la revista Qué me dices!, dónde aprendió que se puede hacer periodismo sin perder el sentido del humor.