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Daniel Sancho compareció el lunes 13 de noviembre ante el tribunal que lleva su caso y se declaró no culpable del cargo de asesinato premeditado de Edwin Arrieta. Claramente ha seguido el consejo de su abogado español, Marcos García Montes, la persona que decidió prescindir de los servicios del abogado tailandés que defendía al hijo de Rodolfo Sancho en un principio, Kuhn Anan, un letrado de reconocido prestigio en su país, quien manifestó que si no cambiaban de estrategia legal Daniel Sancho sería condenado a muerte sí o sí.
Declararse no culpable es una estrategia que siguen la mayoría de los acusados en infinidad de países occidentales, a menos que, de llegar a un acuerdo con la fiscalía vean aminorada la pena. Tailandia es un país cuyo código penal es muy distinto al nuestro, y por ello Frank Cuesta, cuya mujer estuvo encarcelada largos años allí, recomendó a la familia de Daniel que siguieran al pie de la letra los consejos de su abogado tailandés. Al declararse culpable de descuartizamiento solo, sería considerado culpable de profanación de un cadáver, lo que no está penado en Tailandia ni con la condena de muerte ni la prisión perpetua.
El riesgo que entraña para Daniel Sancho declararse no culpable de asesinato con premeditación
No lo han hecho. La contratación de un abogado tailandés "de repuesto" se ha hecho porque la ley del país asiático impide que la defensa la lleve un abogado extranjero. Por otra parte, declararse no culpable de los cargos de asesinato premeditado y sustracción de documentos, y solo de descuartizamiento del cadáver, entraña un grave riesgo y es que si no confiesa podría perder el posible indulto del rey de Tailandia. Existen precedentes de indulto real por parte del soberano pero allanaría mucho el camino para conseguirlo que el acusado, en un caso que para la policía tailandesa está tan claro, se declarara culpable.
Existe un precedente, y es el de Artur Segarra, condenado por un crimen similar en el año 2016 tras asesinar a otro español en Tailandia, David Bernat, condenado a cadena de muerte. Mantuvo su inocencia durante todo el proceso, pero decidió confesar por vez primera su culpabilidad en una carta dirigida al rey de Tailandia, quien conmutó la condena de muerte por cadena perpetua.
El propio Big Joke, el superpolicía tailandés, no hablaba solo por sí mismo cuando dijo que si Daniel se declaraba culpable desde un primer momento sería condenado a cadena perpetua, pero si no lo hacía y se declaraba inocente, la pena podría ser la pena capital. Aunque pesan diversas acusaciones de corrupción sobre el número dos de la policía tailandesa, lo que dijo entonces, reflejaba la percepción que se tiene del caso en Tailandia. La compra de cuchillos y material plástico en grandes cantidades antes de que se produjera la muerte de Edwin Arrieta, cuya familia ha contratado abogados en Colombia, España y Tailandia, se considera una prueba evidente de culpabilidad. Los indicios y contraindicios son muy importantes en la justicia tailandesa.
La presión de la familia de Edwin Arrieta desde Colombia
Daniel Sancho sostiene que la muerte de Edwin Arrieta fue un accidente, que quiso abusar sexualmente de él cuando supo que quería cortar su relación sentimental y que la muerte fue un desgraciado accidente fruto de una pelea en la que él actuó en defensa propia. La defensa española argumentaría que la muerte se produjo tras el golpe que recibió Edwin al caer en el occipital derecho, como demuestra la cabeza seccionada que fue encontrada por la policía en un lugar distinto al vertedero donde aparecieron la pelvis, la pierna y otros miembros del doctor fallecido. Está claro que va a tener serios problemas para demostrarlo, aunque el torso que podría indicar si lo mató antes de que se produjera el golpe, no haya aparecido aún.
Si Daniel Sancho hubiera admitido su culpabilidad, se enfrentaría probablemente a cadena perpetua, pero al no hacerlo solo le queda la baza que jugó el español que recurrió a la clemencia del rey Vajiralongkorn en el último momento declarándose culpable, pero el tiempo juega en su contra.
El abogado de Artur Segarra no estuvo a punto de ser vetado en Tailandia como Marcos García Montes, por las durísimas acusaciones que profirió contra el sistema legal del país donde va a ser juzgado el hijo de Rodolfo Sancho. Y la presión que se está ejerciendo desde Colombia por parte de una familia que no quiere que Daniel quede impune del presunto asesinato de Edwin Arrieta, que ha horrorizado también a la opinión pública de su país, también le perjudica
Tiene casi cuatro décadas a sus espaldas como periodista y reportera experta en celebrities españolas y monarquía, pero no intentéis calcularle la edad. Empezó muy pequeñita, como Melody. Sus inicios fueron como paparazzi y perseguía a los famosos en un 850 con los bajos desgastados. Era un buen truco, algunos, paralizados, se dejaban pillar. Durante muchos años ha trabajado en televisión como guionista, redactora, reportera y periodista, así como en medios de prensa escrita, alguna que otra radio y diversas webs. Es una todoterreno que lo mismo escribe de ciberseguridad como de economía y política, pero la mayor parte de su vida ha estado dedicada al mundo de la prensa rosa, y es lo que más le divierte y disfruta.
Ha cubierto festivales cinematográficos internacionales y ha trabajado como enviada especial en Mallorca durante algún verano para un periódico nacional cuando reinaba Juan Carlos I. A lo largo de su paso por diferentes medios, ha entrevistado a numerosas estrellas internacionales: Desde Richard Gere, Anthony Hopkins, Charlton Heston o Pedro Almodóvar pasando por Toni Genil o Leonardo Dantés. También ha participado como tertuliana en algún programa de televisión y radio.
En un momento dado, si tiene que ver en la tesitura, se cuelga la cámara y aún recuerda cómo sacar una foto con un cuatrocientos. Es también escritora en activo. De hecho, escribió “Los Borbones y el sexo: de Felipe V a Felipe VI” que ha obtenido gran éxito y ha sido traducido al portugués. Le apasiona la historia, especialmente la de las monarquías, las artes marciales, el arte, el piragüismo, el humor y el boxeo.
