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Por las sonrisas que ha lucido Rodolfo Sancho en los últimos días al llegar a la corte de Koh Samui, donde se dictará el futuro de su hijo tras ser acusado del presunto asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, parece que todo podría acabar más o menos bien para el joven cocinero, y aunque su actitud contrasta con la tristeza y preocupación de la madre de Daniel, Silvia Bronchalo, está claro que Rodolfo está muy optimista. De hecho, antes de que comenzara la sesión de este viernes, el actor se bajaba de su furgoneta contento y hasta dicharachero con la Prensa a pesar de su enfado de hace sólo unos días, y confesaba un detalle interno del juicio que podría dar un vuelco a la futura sentencia que reciba su hijo.
De momento, es pronto para saber cual será el futuro de Daniel, aunque sus abogados se mostraban contentos por cómo está avanzando el proceso, y hasta se llevaban una gran alegría cuando la forense que analizó los restos del cuerpo de Edwin Arrieta respaldaba la teoría de que el cirujano había fallecido por un golpe en la cabeza que podría ser accidental, y que las heridas coincidían con las de un fuerte forcejeo, lo que descartaría la acusación del asesinato con premeditación.
Precisamente sobre ello se pronunciaba Rodolfo este viernes ante los reporteros, que le preguntaban sobre si creía que se podría demostrar la premeditación. Justo este cargo es uno de los más graves, ya que podría inclinar la balanza hacia una cadena perpetua o incluso pena de muerte para Daniel, pero Rodolfo se mostraba tajante: "No lo creo", respondía, y añadía que sí cree que está siendo una "semana favorable" para ellos, descartando así, aunque con precaución, que su hijo pueda pasar el resto de su vida en la cárcel, y dando, con ello, una pista de por dónde podría ir la sentencia.
Además, en esta sexta jornada de juicio contra Daniel Sancho, Khun Anan, primer abogado de Daniel, reconoció ante el juez que el joven nunca dijo las palabras "maté" o "asesiné" en su primera confesión ante la Policía, aunque sí ha señalado que dio muchos detalles sobre el descuartizamiento, lo que también respalda la línea de la defensa, pues Daniel sí admitió ante el juez la mutilación del cuerpo para deshacerse de él -pero no haberle asesinado, y mucho menos haberlo premeditado-, lo cual está tipificado en la ley tailandesa con sólo un año de prisión.
La acusación, la familia Arrieta, sin embargo, sigue enrocada en intentar demostrar que Daniel, supuestamente, no sólo mató a Edwin, sino que además lo tenía todo pensado, y no han tirado la toalla a pesar de que, por lo que conocemos, la balanza se estaría inclinando a favor de Daniel. Aún así, ellos han pedido ya una indemnización muy superior a la que se pedía hace unos días, de algo más de medio millón de euros: ahora se ha elevado hasta los 760.000 euros.
