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Nuria Roca es una mujer incombustible y reconoce que sigue ilusionándose con cada proyecto, como cuando la descubrimos en el mítico “Waku Waku” (1998). Ahora compagina “El Hormiguero” con “La Roca”, mientras vuelve a ser imagen de Aquaservice, una manera cómoda y sostenible de consumir agua. Un acto al que se presentó elegantísima con un precioso traje azul de lo más primaveral del que hemos encontrado uno exactamente igual (y por mucho menos). “Nadie te pregunta '¿cómo vas a respirar hoy?' Cuidar del medio ambiente debería estar igual de integrado en nuestra vida”, asegura.
En lo profesional, ¡estás que no paras!
Estoy muy pesada (risas).
¿Qué le dirías a la Nuria que empezó?
Seguramente no le diría nada. Creo que es bueno que te vayas dando leches, que te levantes y sigas haciendo camino… No le avanzaría nada de lo que va a vivir, solo le aconsejaría que diera lo máximo y que fuera feliz en el trabajo.
¿Y qué queda de esa chica?
¡Poco! Los años pesan y la inocencia no existe. Yo ya soy perra vieja. Lo único que tengo intacto es la capacidad de ilusionarme por las cosas. Y el día que no la tenga, me iré, también porque tengo el privilegio de poder irme.
¿Cuál es el mejor consejo que te han dado y quién fue?
Pues mira, fue un amigo íntimo en una época mía complicada en la que tenía que tomar decisiones. Me dijo: “Nuria, nunca pasa nada”. Y esa frase me ha acompañado toda la vida. Nada es tan grave ni nadie es imprescindible.
Tu última aventura es “Cita Doble”, un podcast con tu marido Juan. ¿Dónde os entendéis mejor, en casa o en el trabajo?
Una cosa sería imposible sin la otra. Donde nos entendemos bien es en lo personal y luego hacemos buen equipo en lo profesional. Entre nosotros hay mucha carga emocional y mucha confianza. Nadie nos obliga, la verdad es que trabajamos juntos por placer, como cuando nos vamos a cenar o a comer. Mis hijos siempre están: “¿pero otra vez os vais?”.
¿Algún sueño por cumplir?
Me gusta mucho la ficción y me encantaría que me llamaran más. Después de participar en “Madres” y en el teatro, me gustaría potenciar esta faceta.
El año que viene, Broncano y Carlos Latre se enfrentarán a 'El Homiguero'. ¿Saldrá tu ‘jefe’, Pablo Motos, indemne?
Pues yo lo veo muy bien porque soy una friki de la tele, consumo mucha tele, y me encanta que haya opciones. Creo que además la competencia te pone las pilas, y a 'El Hormiguero' le vendrá bien después de 18 años siendo los reyes del mambo. Hay hueco para todos. Va a ser una temporada apasionante y bonita.
Se dice que las mujeres, cuando pasamos la barrera de los 50, nos volvemos invisibles. Pero a ti se te ve mejor que nunca. ¿Cuál es tu secreto?
Creo mucho en la suerte, en estar en el sitio y en el momento adecuado. Es tan simple y tan injusto como eso. Luego claro, hay que dar la talla y currártelo. Ahora saboreo mucho más mi trabajo, en la madurez.
¿Qué importancia le das a la imagen?
Pues tiene mucha, muchísima, y me cuido más que en mi vida. Y todo me dura mucho menos (risas). Quiero estar guapa, bien peinada y bien maquillada, pero chica, si un día me levanto torcida tampoco pasa nada… Además, ahora las pantallas estas de 4k nos han hecho mucho daño porque se ve el poro muy abierto.
¿Cómo has cuidado tu salud mental en esta profesión con tanta incertidumbre?
Yo es que no soy muy dramática. De hecho, soy excesivamente optimista y quizás eso me ha salvado. Siempre he pensado que estaba un poco de prestado. En mi vida, la provisionalidad es fundamental. En todo: en la pareja, y llevo ya más de 25 años con Juan, en el trabajo… En todo, menos en los hijos. Lo provisional te hace no dar nada por sentado y cuidar lo que tienes a tu alrededor.
Tu hija pequeña, Olivia, tiene ya 13 años. ¿Cómo llevas la adolescencia?
Es increíble. De pronto ya no tienes una niña en casa, sino una señora a la que le parece mal todo lo que tú dices. Sé que son etapas y también tiene su parte muy bonita. Te pide consejo, la ves cómo se vuelve presumida, puedes hablar de tú a tú, te vas a tomar algo con ella…
En el futuro, cuando tus hijos se vayan de casa, ¿te ves con el llamado síndrome del nido vacío?
¡Sí! A mí me gusta mucho el ruido y mi casa siempre está llena de gente. Las perras, los niños, los amigos de mis hijos… Sé que cuando eso no esté lo voy a echar en falta, a pesar de que muchas veces me quejo del bullicio. De hecho, todos los años hago vacaciones de mi familia. En verano, durante tres días, nadie puede pisar mi casa. Para ir en bragas y sin necesidad de llamar a nadie. Es algo que necesito.
Y cuando no toca trabajar, ¿cuál es tu plan favorito?
Pues depende de la época. Ahora mismo, lo que más aprecio es echarme la siesta.
María Larrocha es experta en cine, música, libros y temas relacionados con ecología y sostenibilidad. Y sobre todo, redactora de noticias del corazón, mundo en el que lleva con mucho orgullo desde 2004. ¿Quién no se relaja leyendo el día a día de nuestros famosos? Ahora disfruta escribiendo sobre las ‘celebrities’ en Diez Minutos, donde también te cuenta los planes que no te puedes perder o cómo poner nuestro granito de arena para hacer un mundo mejor.
Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid, empezó en la sección de Cultura de La Razón, para después trabajar en la radio, recalar como correctora en El Mundo durante unos meses y marcharse un año a Inglaterra para perfeccionar el inglés. De vuelta a Madrid aterrizó en la revista Qué me dices!, dónde aprendió que se puede hacer periodismo sin perder el sentido del humor.
