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Carla Goyanes vive uno de los momentos más duros de su vida. El pasado 7 de agosto falleció su padre, Carlos Goyanes, a los 79 años. El empresario murió, de forma repentina, en su casa de Marbella, donde pasaba unos días de vacaciones junto a sus hijas, Cari y Carla, y sus nietos. La que no se encontraba en la casa era su mujer, Cari Lapique, que en cuanto recibió la triste noticia acudió inmediato en la ciudad malagueña. La familia está rota de dolor pero arropada por todos sus seres queridos. Muchos allegados y amigos del empresario y de la familia acudieron al tanatorio de San Pedro de Alcántara para mostrar todo su cariño a Cari y sus hijas, que apenas podían contener las lágrimas.
Un día después de su muerte, tuvo lugar el funeral en la capilla de la Inmaculada Concepción de Guadalmina. Hasta allí se desplazaron amigos de la familia como Rosauro Varo; José María García acompañado de su hijo, Luis García Fraile. Carla, la pequeña de las hijas del empresario, no podía contener las lágrimas al recibir las condolencias por la muerte de su padre, al que estaba muy unida.
Ya en su casa, la empresaria compartió en sus redes sociales una desgarradora carta en la que se despedía de su padre. Unas emotivas palabras en las que se dirige directamente a su progenitor y que acompaña con tiernas escenas familiares, que recorren el lado más personal de Carlos Goyanes. "Papá, no te haces una idea de lo que te vamos a echar de menos. Eres el mejor padre y abuelo que se puede tener. Y no porque lo diga yo sino que cualquiera que te haya conocido de verdad lo sabe", comienza escribiendo Carla.
"Ahora mismo soy incapaz de imaginarme una vida sin ti. Ojalá pudieras ver lo bonito que ha sido toda la gente que se volcó para intentar ayudarte, toda la gente que desde el primer momento ha estado a nuestro lado consolándonos y a la vez conmocionados por haberte perdido tan de repente. Todos tienen buenos recuerdos de ti, de tus distintas etapas de la vida y disfruto escuchándoles", escribe rota de dolor. La muerte del empresario ha sido totalmente inesperada. Aunque en 2016 sufrió un infarto y años después le operaron para implantarle un marcapasos, su salud era buena.
"Me hace muy feliz saber que te has ido rápido y sin sufrir aunque me duele no haber tenido tiempo de despedirme. Te has ido disfrutando de las vacaciones con tu familia y en paz", se sincera Carla, antes de lamentar que su padre no haya podido disfrutar más tiempo de tus nietos "como te hubiera gustado, como esperabas hacer".
