- Los famosos españoles gays más influyentes de nuestro país
- Descubre todas las rupturas de parejas de famosos de 2025
- Las mejores series de Netflix en 2025: los 18 estrenos más esperados y recomendados
Boris Izaguirre siempre ha sido el culmen del sentido del humor, del glamour y de no tomarse la vida tan en serio, pero detrás de esa divertida fachada hay una verdadera historia de superación. El venezolano no es de los que guarde con recelo su vida privada, y siempre ha hablado natural y abiertamente sobre ella, pero hay muchos detalles de su infancia y adolescencia que aún guarda, y que saca a la luz en contadas ocasiones especial. Una de ellas fue durante su visita al podcast de Vicky Martín Berrocal, 'A solas con...', donde no dudó en confesarle a la diseñadora uno de los momentos más duros y dramáticos de su vida derivados de su homosexualidad.
El presentador venezolano fue un verdadero adalid de la cultura LGTBIQ+ en televisión, sobre todo a finales de los 90 y principios de los 2000, cuando aún se veía a los homosexuales como algo marginal en la sociedad, pero su extravagante personalidad supo caer en gracia a una gran parte de españoles que todavía veían a esta comunidad prácticamente como ciudadanos de segunda. Sin embargo, en su Venezuela natal había aún mucho más que hacer y avanzar que en España, y la única salida que vio fue abandonar su país para buscar un futuro mejor. "Era horrible ser homosexual en la Caracas que me tocó a mí", empezaba revelándole Boris a una sorprendida Vicky.
"Lo peor de todas las cosas es que te enamorabas o te entusiasmabas con alguien que conocías más o menos en tu entorno, pero esa persona estaba tan atrapada en no reconocerse gay como yo, que impedía cualquier tipo de acercamiento, y para tú intentar tener una relación o un desahogo tenías que irte fuera de tu entorno, y fuera de tu entorno es la marginalidad de verdad, las favelas. Una cosa completamente opuesta a lo que a mí realmente me interesaba", contaba con cierta melancolía. "A mí pero no me interesaba tener que 'hurgar' allí para poder conseguir una persona con la que ser feliz. Me parecía que ese sistema era tan atroz, tan repudiable por lo represor y por lo hipócrita... eso sí que era una mentira gigantesca. Y yo veía a los amigos que a mí me interesaban tan atrapados en esa mentira que decía 'yo no te puedo acompañar en esto', así que dije 'tú te quedas en esta mentira y yo me voy de aquí'. Y por eso me fui", añadía.
Tras tomar esa dura decisión, llegó el momento de vivirlo con su familia y anunciarles que se iría para, quizá, no volver a verles: "Recuerdo muy horrible el día definitivo que me marché, porque aproveché que mis padres no estaban, se iban a México, a la Feria del Libro de Guadalajara, y de repente la casa estaba sola, y entonces yo vi que era la manera en que realmente me podía ir (a España) sin decirles nada, porque era para mí muy difícil despedirme [...]. Lo más duro es que le dices a tus padres, a tus hermanos, 'pues mira, aquí se termina'. Es que se tiene que terminar, porque si no se termina no te desapegas, y es importantísimo romper".
Las lágrimas de Boris Izaguirre en su despedida de su familia antes de venirse a España
Lo más duro para el venezolano, sin duda, fue sentarse a hablar con su familia para dejarles atrás. Un momento de lo más crudo en el que todos lloraron mucho: "Recuerdo que estaba con mi mamá diciéndole 'bueno, mamá, yo creo que realmente no voy a volver más'. Era una cosa muy difícil de decir, y en ese momento entró mi hermana Valentina, con la que tengo una relación tan tensa y tan intensa... y solo al entrar a la habitación yo empecé a llorar de una manera que era increíble, porque no podía parar. Me estaba dando cuenta de que yo estaba realmente resquebrajando una idea que mis padres habían construido con tantísimo amor, una casa que había sido hecha con poquísimo dinero pero con muchísimo amor, de verdad y era yo, por una presión un poco egoísta por ser lo que yo quería ser, el que estaba echando por tierra todo eso rompiéndolo en mil pedazos".
