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La actriz María Castro ha vivido, en sólo cuestión de días, la felicidad más absoluta y la tristeza más profunda, y ha dado buena cuenta de ello en sus redes sociales. La intérprete de la serie 'La promesa' daba la bienvenida a su tercera hija, Emma, hace algo más de un año, en abril de 2024, que se unía a sus otras dos hijas -Maia y Olivia-, y con la se convertían en familia numerosa. Ahora, algo más de un año después, la pequeña ha hecho a María la mamá más feliz del mundo y es que por fin ha dado sus primeros pasos. Un gran momento que ha compartidos con sus miles de seguidores en sus redes, pero a esa alegría aún se suma un gran pellizco en su corazón por la reciente muerte que han vivido en la familia.
Era hace menos de una semana cuando María anunciaba que había perdido a uno de los miembros más queridos de su familia, su perro Momo, un Golden retriever que llevaba con ellos más de 12 años: "Te acabas de ir, pero nunca te irás del todo. Vigila a las nenas desde arriba, tal y como vigilabas a Maia para que no se cayera de los escalones… sin invadir, como eras tú, pero estando. Con tu mirada de bondad, y tu respiración de paz. Te ha costado dejarnos, porque tu corazón lleno de amor, se resistía a parar. Seguro que era porque estaba lleno de lo que de nosotros te llevas, y fuerte de todo lo que nos has dado. Sin pedir nunca nada… solo dando", se expresaba María rota de dolor hace unos días. Una pena que, sin duda, contrasta con su alegría de estos días:
María Castro celebra los primeros pasos de su hija mientras lamenta la pérdida de su mascota
Con una gran sonrisa, y recibiendo a la pequeña Emma en brazos, María celebraba los primeros pasos de su bebé: "Es curioso (pero quizá no casual… ), que justo cuando uno dejó de andar, la otra empezó a hacerlo", empieza en su post, refiriéndose a su perro y a su hija respectivamente. "En la misma semana, uno se me apaga… y la otra se enciende con más fuerza. La tristeza y la alegría de la mano. La decepción y la ilusión, casi sucesivas. Y es que supongo que la vida va de esto", reflexiona María. Sin duda, un dolor que les acompañará mucho tiempo, pero con el que, irremediablemente, tendrán que aprender a convivir.
