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La boda de Alberto Herrera y Blanca Llandres se ha convertido en un escaparate de estilo, donde las invitadas al enlace han lucido sus mejores galas. Desde la madrina del enlace, Mariló Montero que ha escogido el color verde esmeralda, pasando por Pepa Gea que ha optado por un vestido rojo con escote de plumas, a la hermana del novio, Rocío Crusset.
La joven, que reside en Nueva York desde hace más de un lustro, se ha convertido en una de las invitadas mejor vestidas de esta boda gaditana. Rocío, que ha participado en el diseño del vestido de la novia se ha decantado por un vestido en color amarillo, desafiando las creencias de que este color puede atraer a la mala suerte. La hija de Mariló Montero y Carlos Herrera no solo es la hermana del novio, sino que también forma parte del círculo de amigas de la psicóloga. Se conocen desde hace años y comparten entorno social y amigos en Sevilla.
El vestido de Rocío Crusset se trata de un diseño fluido y elegante. Con escote en 'uve' y mangas amplias tipo murciélago que le dan un aire relejado a este vestido confeccionado en satén, un tejido que aporta brillo y movimiento. Con un corte asimétrico y drapeado sin ceñirse demasiado a la figura aportando este toque elegante, pero a la vez desenfadado.
La modelo y diseñadora de joyas ha completado su look de invitada con un tacones con diseño coloridos en colores fucsias y verdes. Como complementos ha llevado un maxiclutch en color burdeos.
En cuanto a las joyas, ha optado por una gargantilla fina y unos pendientes de perlas. Ha llevado el pelo suelto con una onda muy suave, acompañado de un maquillaje en tonos terracota, destacando sus grandes ojos y sus voluminosos labios.
