La entrevista
-¿Qué le provoca sofocos en esta vida?
-Muchas cosas, las injusticias, las necesidades que está pasando la gente. Pero si te refieres a los sofocos típicos de la edad, esos los combato con soja y mucho control médico.
-¿Y las emociones cómo las controla?
-Con optimismo. Siempre he sido muy positiva, y eso me ha ayudado a sobrellevar las dificultades. Todas las mañanas cuando me levanto lo primero que hago es sonreírle a la vida.
-¿Es porque está en un buen momento profesional?
-No puedo quejarme, aunque también es verdad que he sido una mujer muy trabajadora, muy luchadora y con mucha seguridad en mí misma, lo que me ha permitido ir alcanzando mis metas.
-¿Qué ventajas tiene apellidarse Reina?
-Para mí es un orgullo venir de la familia que vengo, aunque no todo han sido beneficios, porque, cuando sales al escenario, te hacen una radiografía de cuerpo entero que no se la hacen a todo el mundo. Yo nunca he pretendido ser la segunda parte de nadie, sólo Charo Reina a secas.
-¿Ser sobrina de Juana Reina la ha beneficiado?
-Es un orgullo ser su sobrina, pero no un chollo, porque, aunque es verdad que en los comienzos se te abren muchas puertas, también lo es que otras se cierran y no vuelven a abrirse nunca.