- Tres tiendas de decoración retro en pleno centro de Madrid con piezas de artesanía que parecen antigüedades por menos de 30 euros
- IKEA anuncia la retirada de 249 muebles y objetos de decoración y lanza la última oportunidad para hacerse con ellos a precios rebajados
- Maisons du Monde lanza una colección de platos de cerámica de estilo portugués que parecen pintados a mano y cuestan menos de 10 euros
Llevo tiempo pensando en que en las cocinas pequeñas, decorar es algo más complicado que cuando hay mucho espacio. Y que, si no hay mucho espacio disponible pero sí muchas ganas de crear un ambiente acogedor con un estilo determinado, es necesario saber escoger muy bien cada elemento que se ponga encima de la encimera.
Esto lo entendí en el momento en el que me tocó decorar mi cocina pequeña. Siempre he vivido en una casa en la que no ha habido mucho espacio en la cocina, pero siempre he visto cómo la de mi madre parecía de auténtica revista de diseño. Y sabía que yo no iba a ser menos. Cuando me independicé, me esmeré mucho en hacer de mi cocina, un remanso de paz.
Pensé muy bien cada elemento que pondría en ella: tanto la vajilla, como los elementos de almacenaje y, por supuesto, los electrodomésticos. Aunque estoy muy orgullosa de todos, todavía me faltaba una buena cafetera. Quería una de goteo, de las de toda la vida, porque siempre la he tenido en casa de mi madre y he visto cómo salía de ella el mejor café. Y, a poder ser, quería evitar esas de color negro que no son nada estéticas.
Lo que no me iba a imaginar yo es que iba a encontrar la cafetera de mis sueños por menos de 23 euros en Lidl. Tiene, de verdad, todo lo que siempre he buscado: el diseño es precioso y muy estético (de hecho, es un elemento de decoración más), es de goteo, tiene súper buena potencia y, además, me ha costado barata (22.99 euros para ser exactos). Y, por supuesto, cuenta con la garantía de Lidl (he de decir que los aparatos que tengo de Silvercrest, su marca de electrodomésticos, me han salido bastante bien de calidad).
La cafetera más bonita de Lidl
La cafetera en sí no tiene nada que ver con aquella cafetera espresso retro que se agotó en pocos días. Esta es mucho más fácil de utilizar, más barata y más funcional (al menos, para mí, que me encanta el café que hacen estas cafeteras).
Lo que más me llamó la atención de ella fue su color crema mezclado con el cromo, que forman entre sí un modelo retro que parece sacado de cualquier casa de los 80 o los 90. Ese diseño es el que, precisamente, ha permitido que no estorbe ni choque mucho encima de la encimera (la cafetera es el aparato que más se ve de mi cocina).
Pero por dentro tampoco deja que desear: tiene potencia de presión de 15 bares para hacer un café perfecto, un depósito de 1,35 litros (con esto, hace café para al menos dos días) y 1100 vatios de potencia. Además, incluye un sistema portafiltro, dos filtros lavables y reutilizables y una cuchara dispensadora para poner el café en polvo.
Además, es lo más sencillo de usar: una vez que pones el café en el filtro, basta con dar al botón de on/off y volver a pulsarlo cuando haya terminado.