Gorka se encara a Juan; ‘Amar es para siempre’

Cristina logra un permiso extraordinario para que Manolita salga de la cárcel a hacerse unas pruebas por un bulto en la nuca

La noticia es recibida por su familia con un sentimiento agridulce, pues Marcelino está convencido de que se trata de un cáncer.

No obstante, una vez está en la puerta de prisión su semblante cambia y lo único que hace es abrazar a su esposa con fuerza: “Echaba tanto de menos este momento. Te quiero ahora y siempre”.

Quién sí está diagnosticado es Miguel. El espía es consciente de que le queda poco tiempo de vida debido a un tumor cerebral y trata por todos los medios de que Estefanía siga su misión: “Eres la única persona junto a Abel que puede frenar a Beltrán y a los militares contrarios a la democracia”. “Lo siento, pero necesito volver a mi vida de antes: sencilla y tranquila”, explica al espía, aunque se queda pensativa.

Con un plan perfectamente organizado por él y el coronel Martín Cuesta, Juan hace creer a Maica que está muy cerca de localizar a su hijo:

“He hablado con Arestigui y me ha dado documentación de la época en que se perdió la pista”.

Entusiasmada, ella le pregunta cómo ha convencido al cura, tan hermético hasta ahora. “Cuando hay dinero de por medio la gente se vuelve muy amable”, responde el diplomático sonriendo.

Poco después, Maica va a contárselo a Gorka, que la recibe con desconfianza. “Esto me resulta muy extraño…”, asegura. “No lo es. Te dije que tenía contactos y, mira, hasta me ha dado esta carpeta con la foto de nuestro David. Tiene 23 años”

Tenemos que contactar con la familia que lo adoptó. Si son buena gente entenderán el deseo de saber algo de él”, responde la mujer. Ante la imposibilidad de frenarla, la deja continuar: “Haz lo que veas. Lo dejo en tus manos”.

Entre tanto, Manolín ansía que Emma recupere la alegría que desbordaba antes del aborto y se le ocurre regalarle el viaje de novios que nunca tuvieron. Antes tiene que ahorrar y pregunta a Fabián si sabe de algún empleo: “En el gimnasio buscan un sparring de boxeo”. Aunque al chico le atrae la idea, de momento, refiere alargar su jornada de conductor hasta las noches.

A pesar de que Cristina trata de frenar los impulsos de venganza de Marcelino, este no puede evitar parar a Carlos cuando se cruza con él en la plaza. Nervioso, al estudiante se le escapa que quién realmente mató a Marisol fue su padre. “¿Qué has dicho?”, se sorprende el tabernero.

Seguro de lo que ha oído, se encara con Beltrán y acaban a golpes. “Esto no va a quedar así”, jura el militar y esa misma noche manda a unos vándalos a prender fuego a El Asturiano.

Afortunadamente, Abel y Socorro regresan a casa tarde y ven las garrafas en la puerta, evitando el incendio. “Huele a gasolina”, alertan.

Mientras Benigna tiende una trampa a Virginia para que deje de mentir, Miguel se sincera con Estefanía: tuvo un gran amor de juventud pero no es Rosa, como esta cree, es su marido, Antonio.

Gorka lleva días pensando en que la historia de Juan no encaja y decide tomar cartas en el asunto, encarándosele en el King’s: “¿Qué pretendes? Eres un farsante capaz de jugar con las ilusiones de Maica”. Sin embargo, el diplomático insiste en que ha encontrado l chico y que, incluso, ha conseguido que se apunte a clases en la parroquia: “Así podréis conocerlo poco a poco”.

Esa misma tarde, Zúñiga se presenta con el adolescente, que con su buena actuación consigue engatusar a la pareja. Lo que desconocen es que se trata del hijo de un amigo de Beltrán.

Al menos, los Gómez reciben una buena noticia: Cristina ha convencido a Carlos para que testifique ante el fiscal