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Al igual que otros muchos compañeros de profesión, David Villanueva sufrió los estragos de la crisis en nuestro país y vio cómo su teléfono dejaba de sonar. “El que espera muere y decidí arriesgar”, recuerda. Con ilusión y algo de miedo, el actor sevillano se despidió de sus seres queridos y puso rumbo a Perú, donde no ha tardado en hacerse conocido gracias al reality Esto es guerra y, sobre todo, al melodrama Amor de madre. En la actualidad graba junto a Andrea Montenegro Mis tres Marías.
¿Cómo estás afrontando este segundo papel protagonista?
Con mucha ilusión y exigencia, es un reto maravilloso para mí como actor y persona. Aun así, debo reconocer que no me gusta esa palabra porque siento que todos somos un equipo y dependemos los unos de los otros.
¿Debes neutralizar tu acento?
Claro, pero no me resulta difícil porque cuando me marché de Sevilla a Madrid ya tuve que hacerlo. De todas maneras, creo que no es algo fundamental para el espectador, lo importante es la historia y cómo la cuentas.
La novela está teniendo una gran acogida y es líder en su franja.
Me siento muy feliz y me motiva a seguir, aunque la audiencia no es una cosa que me haga perder el sueño. Con o sin ella voy a seguir esforzándome igual.
¿Por qué te marchaste de España?
La crisis afectó mucho a la profesión y para crecer tenía que salir. No podía quedarme sentado en el sofá a esperar que me llamaran y decidí tener la valentía de irme a otro país para lograr lo que me había trazado. Creo que las oportunidades hay que buscarlas.
¿A qué te dedicabas?
Creé una compañía de teatro llamada Ruta Show Company con un amigo gallego, Gabriel Blanco, y hacíamos unas representaciones de diez minutos sobre la evolución del baile en el Parque del Retiro. Más tarde, empezamos a hacer la evolución de las mejores películas del cine y eso nos llevó a ganar el premio a la mejor compañía de teatro clown en el Festival de Comedia del Costello Club de Madrid.
Y elegiste Perú...
Bueno, más bien el destino me trajo a aquí. Tenía claro que quería ir a América, pero estaba indeciso entre México y Miami por lo que necesitaba algo que me dijera a qué lugar dirigirme. Al poco tiempo, coincidí con mi gran amigo Cristhian Esquivel, me animó a probar suerte en Lima y me dio algunos contactos. Ahí sentí que ese era mi camino.
¿Cómo recuerdas tu llegada?
Fue muy duro porque cuando aterricé el 28 de julio de 2013 solo contaba con mil euros. Gracias a un amigo alquilé una habitación en Miraflores y empecé a hacer uso de mi agenda de contactos; acudí a eventos de moda o de revistas y me relacione, algo que no hice en España. Conocí a grandes actores como Vanessa Saba o Paul Gastello.
¿Te has sentido en algún momento rechazado por ser extranjero?
Entiendo que la gente pueda tener reparos con alguien que viene de fuera a quitarle el trabajo, pero yo siempre digo: “Nadie roba nada mientras que lo gane honradamente”. Estoy aquí para compartir conocimientos, aprender y construir con mis compañeros. Es un acto de generosidad de nuestro gremio.
¿Ya estás adaptado a Lima?
Todavía me cuesta porque es una cultura totalmente diferente. Una de las peores cosas es el tráfico, si estoy cerca de las grabaciones trato de ir en bicicleta.
¿Echas de menos a tu familia?
Claro, pero sé que mis padres están muy orgullosos de lo que voy logrando. Encarnación, mi madre, siempre está atenta a todo lo que se publica sobre mí.
¿Cuál es tu meta profesional?
Quiero seguir creciendo y llegar a México e, incluso, a Los Ángeles. Por ahora, estoy feliz en Perú haciendo novelas pues creo que la mejor manera de desarrollarse para un actor es trabajando de lunes a sábado.
¿La suerte también te sonríe en el amor? Se rumorea que sales con la actriz peruana Mónica Sánchez…
Soy consciente de que somos personajes públicos y es normal que especulen al tomarnos fotografías juntos. Si tenemos algo que decir, lo haremos cuando a los dos nos apetezca, pero por ahora soy un hombre soltero.
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