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Cuenta con una exitosa carrera artística de más de tres décadas a sus espaldas como actor, productor y director, pero el mayor logro para Humberto Zurita es la familia que ha formado junto a Christian Bach. “No hay amor más incondicional que el de un hijo. Es maravilloso ver que Sebastián y Emiliano son unos hombres de valores gracias a nuestra educación”, reconoce orgulloso el mexicano, al que vemos en la segunda temporada de La querida del Centauro.
¿Qué novedades trae la ficción?
La historia va a ser más policíaca y el narcotráfico queda en un segundo plano. Hay amor, venganza, pasión…
¿Lo veremos enamorarse?
Sí. En la anterior temporada ya se había vislumbrado, pero ahora el amor por Yolanda [Ludwika Paleta] se convertirá casi en una obsesión.
¿Pero seguirá siendo villano?
En su empeño por ser aceptado y querido usará el maltrato psicológico. Existe drama en todo porque los personajes siempre ponen su vida al límite.
¿Cómo te has preparado?
Primero repasaba mis secuencias en casa y luego nos reuníamos para ensayar. Ahí es donde yo creo que un actor construye el personaje, en este caso a Benedicto, porque el director te da indicaciones y vas intercambiando opiniones hasta conseguir que sea creíble.
¿Te cuesta desprenderte de él?
Cuando grabo siempre intento dar el máximo de mí para poder llegar al público y una vez que termino vuelvo a ser Humberto Zurita.
¿Es complicado mantener un matrimonio estable en este medio?
Cuando haces una novela diseñas un plan de trabajo con objetivos a corto, medio y largo plazo y cada mañana te levantas con la intención de cumplirlos. Y yo creo que en el amor es un poco lo mismo, tienes que cuidarlo día a día para que dure.
¿Así ha sido tu caso?
Son tantas las cosas que me han ido uniendo a Christian: el amor, nuestros hijos, la profesión… Hemos construido una linda relación, aunque con algún altibajo como todos. Nos respetamos, nos apoyamos y somos muy buenos amigos. La quiero muchísimo y no concibo mi vida sin ella después de 33 años juntos.
¿Cómo está de salud?
Muy bien, pronto la verán. Ya conté que tenía un problema con una vértebra y prefiere estar en terapia que operarse.
Sebastián y Emiliano han seguido vuestros pasos. ¿Les aconsejáis?
Prefiero que hagan caso a sus directores antes que a nosotros. Estoy muy orgulloso de ellos, han montado una productora y lo único que sí les digo es que sean disciplinados y disfruten de la vida que solo hay una.
¿Cómo llevas las críticas?
Nadie es monedita de oro para gustar a todo el mundo. Antes de ser profesional hice mucho teatro universitario y me di cuenta de que las opiniones no son las que te hacen actor. Por eso, hay que darles la importancia justa.
Lee la entrevista completa en la revista Telenovela.
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