Laura Zapata, de 'El bienamado': “Tengo ganas de ser abuela”
Mientras espera que sus hijos le den la buena nueva, a sus 61 años, la villana indiscutible de las telenovelas mexicanas estrena disco y libro de poesía.
Cercana y amable, Laura Zapata nos regaló una entrañable entrevista que se desarrolló en el parque de El Retiro de Madrid antes de coger un vuelo que la llevaría a Francia. Tenía motivos más que de sobra para mostrarse feliz y no dudó en compartirlos con Telenovela.
¿Qué te ha traído a España?
Pasaré unos días en Madrid porque me encanta la gente, pasear por sus calles, ir de tiendas, el cochinillo, el jamón… Quería aprovechar el viaje a Europa para hacer esta parada, pero el objetivo principal es cantar en la catedral de Notre Dame, en París, el 12 de diciembre.
¿Con qué motivo?
Es el día de la virgen de Guadalupe, la de los mexicanos, y todos los años se celebra un concierto allí. Muchos paisanos se acercan al templo a rendirle homenaje. Es la primera vez que me invitan y estoy muy contenta, es un honor para mí. No le había cantado nunca, ni siquiera en mi país. Interpretaré temas tradicionales como Las mañanitas, La guadalupana… Es una manera hermosa de cerrar este año lleno de éxitos en mi carrera.
Y después, ¿vuelves a México?
Iré a Rumanía porque en junio grabé dos vídeos musicales en el mar Negro y les prometí que regresaría para presentarlos. Uno de ellos lo hice con el cantante local Radú y el otro sola, de mi nuevo sencillo, Cielo rojo, que se llama igual que el disco.
¿Tienes mucho público rumano?
Sí, por las novelas que se han emitido allí. Muchos aprenden español a través de ellas y eso está genial porque así educamos con nuestro trabajo. Hay también club de fans, se llama Las Malvaditas Rumanía, tengo por todo el mundo, están las de España, Argentina… Y eso debo agradecérselo a mis villanas, que son las que atraen a la gente.
¿Y a ti también?
Me encantan esos personajes, son los más lindos, además, manejan los hilos. Las malas somos las guapas, elegantes, bien vestidas…
Nos va bien hasta el último capítulo, cuando nos echan aceite en la cara, enloquecemos, nos meten en la cárcel o nos matan, pero eso solo es un día. A veces por la calle me dicen: “Oiga, ¿usted es así de mala?”. Y yo les respondo: “No, yo por eso cobro” (risas).
¿Alguna villana favorita?
No, porque no hago ninguna que no me llene o me impresione. Han sido maravillosas y de todas he aprendido, me han mostrado partes de mi ser que desconocía, y eso me apasiona.
¿Qué proyectos tienes?
Publicaré pronto Pensamiento, ventana del alma que se asoma, mi primer libro de poemas, un recopilatorio de todo lo que he escrito desde siempre. Y lanzaré Cielo rojo, un disco de rancheras. Además, estoy trabajando con el Instituto Nacional de Bellas Artes visitando las zonas y los estados de la República mexicana que se vieron afectados por el terremoto de septiembre.
¿Cómo colaboras?
Llevo mi poesía y acabo de celebrar un concierto a favor de los damnificados de Chiapas. También realizamos colectas de alimentos, la última fue de 120 toneladas en Oaxaca.
Eres muy solidaria.
Soy de las que piensa que quien no vive para servir no sirve para vivir. Hay que ayudar y ser altruista, a mí me gusta mucho dar.
¿Para cuándo otra novela?
Terminé El bienamado y quiero descansar un poco de televisión, porque considero que en esto hay que dejar pasar un tiempo entre un trabajo y otro. No quiero saturar
al público y tengo la suerte de poder hacer otras cosas.
¿Cómo vas a pasar las navidades?
En familia. Mi hijo mayor, Claudio, que es director de cine, está en Turquía con la novia. Y el otro, Patricio, es ingeniero industrial y se va a Japón, pero en las fiestas estaremos en México con mi abuela, que el 18 de enero cumple 100 años.
¿Ocupa un lugar muy importante en tu vida?
Es un ángel, siempre viví con ella, me cuidó y me guio de niña. Ahora yo me ocupo de ella, sobre todo desde que mi madre murió en 2011. No es fácil tener en casa a una persona totalmente dependiente, pero ella está muy feliz y yo también de protegerla.
¿Te reencontrarás en estas fechas tan especiales con tus hermanas, entre ellas, Thalía?
Lo somos solo de padre. Hace mucho tiempo que no nos reunimos, me di cuenta de que mis verdaderas hermanas son las amigas que voy encontrándome en la vida. A raíz de mi secuestro, se terminó de romper una relación que nunca fue sólida.
¿Es posible la reconciliación?
No, que les vaya muy bien, pero ya no caminan conmigo. Sería volver atrás y creo que siempre hay que ir hacia adelante. La vida tiene cosas maravillosas como para regresar sobre tus pasos.
¿Qué te gustaría que te regalaran por Navidad?
Nietos, tengo ganas de ser abuela pero a mis hijos desde pequeños les he dicho que no se casaran jóvenes porque arruinarían su vida y la de su mujer y no se han dado prisa. Ahora el mayor tiene 31 años, ya puede saber qué es lo que quiere… (risas).
¿Te apetece tener compañero?
Estoy feliz sin uno, pero a quién no le gusta tener a alguien con quien compartir, aunque quizá sea un sueño porque el que me atrae a mí está más interesado en jovencitas (risas). Al mío tendría que gustarle viajar y entender mi trabajo y todas mis ocupaciones. No es fácil porque estoy pendiente del teléfono, el ordenador… Y todo eso está en mi cuarto con los libros. ¿Dónde lo pongo a él?
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