¿Tienes mucho público rumano?
Sí, por las novelas que se han emitido allí. Muchos aprenden español a través de ellas y eso está genial porque así educamos con nuestro trabajo. Hay también club de fans, se llama Las Malvaditas Rumanía, tengo por todo el mundo, están las de España, Argentina… Y eso debo agradecérselo a mis villanas, que son las que atraen a la gente.
¿Y a ti también?
Me encantan esos personajes, son los más lindos, además, manejan los hilos. Las malas somos las guapas, elegantes, bien vestidas…
Nos va bien hasta el último capítulo, cuando nos echan aceite en la cara, enloquecemos, nos meten en la cárcel o nos matan, pero eso solo es un día. A veces por la calle me dicen: “Oiga, ¿usted es así de mala?”. Y yo les respondo: “No, yo por eso cobro” (risas).