La amenaza; ‘La cocinera de Castamar’

Clara se ha quedado conmocionada tras el fallecimiento de su protegida Rosalía. Ni siquiera ha sido capaz de acudir al entierro, debido a su agorafobia, y don Diego, preocupado por su salud, va a verla: “Las cosas mejorarán”. Aunque quiere pasar página, no puede ni cocinar y delega en sus compañeras.

Mientras tanto, Gabriel trata de convencer a su hermano de que sea honrado y pida matrimonio a Amelia. “¡No me digas qué debo hacer!”, responde. Esta idea se instaura en su cabeza y empieza a quitarle el sueño: su bondad no le permite dejarla sola cuando supuestamente está embarazad de él después de una noche de la que no recuerda nada de lo sucedido.

Por su parte, la señorita Castro está muy preocupada porque se descubra su secreto, sobre todo cuando Roberto encuentra la bolsita donde guardaba el veneno que dio al duque.

Enseguida, Úrsula pone en conocimiento de doña Mercedes qué ha podido suceder, pero Enrique de Arcona solventa la situación. Eso sí, con violencia y una dura amenaza a Amelia: “Ten cuidado o habrá consecuencias”.

Las apasionadas noches de Sol Montijos con Francisco de Armiño son cada vez más habituales. Tanto que el conde le promete amor eterno si ella deja a su marido.

La relación entre Elisa y Roberto es cada vez más estrecha, pero Clara hace replantearse a su compañera el futuro: “No me gustaría dejar de trabajar al casarme, es injusto”.

El padre de Clara le hace una breve visita para decirle el lugar donde va a esconderse. Lamentablemente, Enrique de Arcona tiene oídos en todos lados y uno de sus secuaces le desvela esta información. Algo que le será muy útil para sobornar a la cocinera, que según sus fuentes puede poner en peligro el matrimonio entre Amelia y don Diego