Las cocinas de Masterchef reabrieron sus puertas el pasado martes 13 de abril para acoger la novena edición del talent culinario, al que los nuevos aspirantes llegaban repletos de ilusión y de ganas por demostrar que pueden convertirse en el próximo Masterchef España. Uno de los concursantes que más llamó la atención fue José María Montero. El extremeño dejaba al jurado y los espectadores con el corazón en un puño. Ahora se ha convertido, muy a pesar del programa y los jueces, en el segundo expulsado de la edición. El concursante apenas podía hablar por la pena y el jurado le ofreció toda la ayuda del mundo. "Estamos aquí para echar una mano a todo el mundo, tienes abiertas nuestras casas para todo lo que necesites".


El aspirante más joven de la historia de Masterchef contaba a los jueces en el casting la dura vida que ha tenido que vivir. Una dolorosa historia personal que dejaba a todo el mundo con un nudo en la garganta. Jose María solo tiene 18 años y se está pagando sus estudios de restauración, pero lo que más llamaba la atención ha sido la historia de su infancia.

El joven contaba a los jueces que nunca llegó a conocer a su padre, que su madre es toxicómana y vive en la calle, que perdió a su hermana pequeña con tan solo 9 meses, y que la que le ha criado ha sido su abuela, ahora enferma por Alzheimer. "Mi madre es mi abuela, porque es la que me ha dado la vida. Le debo el mundo entero", contaba Jose María emocionado.

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Con este duro testimonio, los jueces han tenido que hacer de tripas corazón para no llorar ante el aspirante. "Tú sabes la lección que nos estás dando a nosotros que a veces nos quejamos. Eres un luchador", le decía Pepe Rodríguez con lágrimas en los ojos. El joven preparaba un plato que le enseñó su abuela y terminaba por conquistar a Samanta, a Pepe y a Jordi. Esperemos que esta sea una gran oportunidad para Jose María y llegue hasta la final cumpliendo uno de sus sueños.