La ceremonia de salvación de la séptima gala de Supervivientes: Tierra de Nadie nos dejó una imagen muy repetida a lo largo del reality: Fani recibiendo el chorro de agua limpia. La concursante volvió a recibir el apoyo del público y se salvó de la expulsión del próximo jueves, dejando el asiento en el avión de vuelta a Madrid libre para uno de los otros tres nominados, Hugo Sierra, Ferre y José Antonio Avilés.
"Gracias España, gracias cuqui, familia, amigos", gritaba la superviviente en pleno subidón, en una imagen que ya hemos visto siete veces. Y es que, por mucho que sus compañeros se la quieran quitar de encima nominándola una semana tras otra, está claro que la ex concursante de La isla de las tentaciones tiene el favor de la audiencia.
José Antonio Avilés quiere seguir adelante
El colaborador de Viva la vida comenzó la semana regular con su traslado durante 48 horas a la playa contraria. Al ver a Yiya esperándole, Avilés se derrumbó y amenazó con abandonar el concurso, pero ya ha recapacitado. Lara Álvarez preguntaba a Avilés si seguía con ganas de irse y su respuesta era clara: "Después de haber vivido en Siervos y recibir la llamada de mi madre ya no me quiero ir, pero también te digo que soy como el Guadiana, aparezco y desaparezco". Eso sí, después de recibir la ducha de barro, él mismo aseguró que, aunque no quiera, a lo mejor la audiencia decide que sí se va. La respuesta, el próximo jueves.