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'Supervivientes' se está haciendo cada vez más cuesta arriba para los concursantes, y es que tras dos meses de convivencia pasando penurias, hambre, frío y tremendas tormentas, el nivel físico y mental de los participantes del reality ya se está viendo muy afectado. De hecho, durante la pasada noche del 4 de mayo, en plena emisión de 'Conexión Honduras', se vivió un tenso momento que asustó a Laura Madrueño, y que terminó con la presentadora del programa ordenando actuar al servicio médico ante el problema de salud que presentó Borja González.
Tras una prueba que requirió un esfuerzo titánico a los concursantes al tener que suspenderse de una anilla -que ganó Montoya al aguantar 7 minutos colgado-, la segunda prueba para determinar quién se llevaría la recompensa de la noche fue denominada 'El camino de Delfos', en el que los VIPs tuvieron que caminar sobre un fino listón de madera en el que sólo podían avanzar a la vez que desenredaban una boya atravesada por una cuerda. Nada más empezar, Borja, que no lo está pasando nada bien en el concurso al acordarse continuamente de su hijo, bajó un pie al suelo tras perder el equilibrio, pero al reincorporarse tuvo que volver a bajar, esta vez por determinación propia al notar que algo no iba bien: la presentadora le pidió que regresara a la prueba, pero el se negó: "Estoy mareado", dijo mientras daba vueltas con la mirada algo perdida.
La preocupación de Laura Madrueño se elevó drásticamente, y al ver al joven muy débil, a pesar de ser uno de los concursantes más fuertes físicamente de la edición, decidió enviarle directamente a que le vieran los técnicos: "Ve a que te atienda nuestro equipo médico", le dijo sin dudarlo un segundo. Un gesto que demuestra que la salud siempre está por encima del torneo, aunque ello le hiciera perder la prueba y quedarse sin poder disputar la prueba final, en la que Joshua Velázquez, con mucha destreza, y tras tres contiendas sin descanso, consiguió hacerse con una enorme empanada que compartió con sus compañeros, incluidos los componentes de la otra playa, aunque a ellos les llegó para compartir apenas un pequeño triangulito del que, sin embargo, disfrutaron cada bocado.
