¡En casa tendrás mucho lío con tus hijos!
Sí, tengo lio, pero lo fundamental es que al no pensar en mí, al no mirarme el ombligo, algo poco frecuente en el mundo de los actores, no tengo esos miedos. Mira, hoy en el hotel, al ponerme el vestido, ha sido la primera vez que me he mirado el cuerpo de verdad en mucho tiempo. Y he dicho: “Ay, Dios mío, ¡cómo me he puesto este verano!” (risas). Porque en realidad no me miro, por supuesto que me quiero, y que me veo la cara cuando me lavo los dientes, pero como estoy tan ajetreada con las cosas, no me paro a mirarme. Y en mi oficio me pasa un poquito eso: claro que quiero currar, pero lo que me viene no me gusta.
¿A qué te refieres?
No es que tenga 20 guiones sobre la mesa, pero lo que me ofrecen continuamente no es el perfil de lo que quiero. Prefiero esperar porque es más de lo mismo y yo creo que he hecho un trabajo muy digno. No quiero cagarla ahora. Soy lista, soy una hormiguita y sé cómo es este oficio. Se come hoy y mañana no. Así que he hecho un colchoncito, no para vivir diez años, pero bajaré los gastos, porque hay que bajarlos como hacen todas las familias, y así aguantar a un proyecto que me guste. No quiero trabajar solo para comer. ¿Que no llega y el colchón baja? Pues tendré que hacerlo. Porque me ofrecen giras, por ejemplo, y tengo hijos pequeños, de cuatros años, y no quiero no ver a mis hijos. Dos años sin pasar por casa, no. ¿Que nos quedamos sin nada que comer? Vámonos de gira. Me llevo la familia. Pero mientras pueda, quiero criar a mis hijos.