La familia está de luto. Virginia (Verónica Castro), la matriarca, ha muerto repentinamente dejando a los De la Mora destrozados. Paulina (Cecilia Suárez), que vive en Madrid con María José (Paco León) y Bruno (Luis de La Rosa), el hijo de ambos, tiene que regresar a México al descubrir que el testamento de su madre ha sido impugnado.
Los nueve episodios de la segunda entrega de La casa de las flores, creada, dirigida y producida por Manolo Caro, llegan a Netflix el viernes 18, con un mayor protagonismo para Paulina y su peculiar modo de hablar. “La hermana mayor me venía como anillo al
dedo para continuar la historia. Aunque no queríamos convertir cada frase suya en un meme”, decía Caro a la revista Fotogramas.
Al volver a su país, la primogénita descubre que su padre, Ernesto (Arturo Ríos), se ha unido a una secta; su hermana mediana, Elena (Aislinn Derbez), está en crisis tras retomar su idilio con Claudio (Lucas Velázquez), y su hermano Julián (Dario Yazbek Bernal) tiene un trabajo que le complica la vida un poco más.
Rodada en Madrid
Empeñados en recuperar la florería –en manos de la Chiquis Corcuera (Natasha Dupeyrón)– y de vengarse de Diego (Juan Pablo Medina), el exadministrador que huyó con el dinero, la nueva tanda –la tercera llega en 2020– promete más humor. “Nos enfrentamos a una temporada más hilarante y atrevida”, anuncia Caro, feliz de haber grabado en España: “Era una asignatura pendiente”.
En Madrid, Paulina conoce a Edu (Eduardo Casnova, Aída) y a la hermana de María José, Purificación (María León, Allí abajo), nuevas incorporaciones junto a Eduardo Rosa (Presunto culpable) o Mariana Treviño (Club de cuervos), en la trama mexicana.













