Cada vez somos más conscientes de la importancia de llevar una más vida sana y para ellos optamos por cocinar con alimentos naturales y ecológicos. Puede que ya hayas incorporado este tipo de productos en tu día a día y si aún no lo has hecho te contamos los trucos para llevar una vida más healthy, hacer una compra en la que primen los alimentos eco y no gastes más de la cuenta en ello, porque en estos tiempos toca apretarse el cinturón, pero eso no está reñido con llevar una buena alimentación. Este tipo de alimentos mantienen intactos todos sus nutrientes y, al no estar cultivados con sustancias como pesticidas, conservan mejor su sabor original. Otra ventaja de consumir estos alimentos es su reducido porcentaje en grasas saturadas.
Aunque algunos supermercados optan por encarecer este tipo de productos, existen trucos y consejos para ahorrar comprando alimentos ecológicos. Una buena idea, es crear tu propio huerto en casa, aunque no tengas mucho espacio, prueba a plantar plantas arómaticas y especias, que luego te servirán para aderezar tus platos, y si te animas pon un pequeño invernadero en la terraza. A la hora de hacer la compra opta por productos de temporada y compra alimentos a granel. Suelen ser naturales y, al no venir embasados, también son más baratos ya que no llevan costes de embalaje. Además, podrás comprar la cantidad exacta que necesites y no desperdiciarás nada, contaminarás menos y te ahorrarás unos euros. Otra idea es comprar en pequeñas tiendas de barrio que tengan productos de Kilómetro 0, es decir, alimentos que han sido producidos y recolectados a pocos kilómetros de su punto de venta. Aprovecha tu visita a la tienda para hacerte acopio de todo lo que necesites y lo que vayas a tardar unos días en consumir, mételo en el congelador para conservarlo mejor y no desperdiciar nada.
Un consejo que te servirá para ahorrar en este tipo de productos y en tu cesta de la compra en general es planificar tu menú semanal, de esta forma evitarás comprar productos que no te hagan falta o que algunos se queden en tu nevera sin usar.
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Los productos ecológicos favorecen la sostenibilidad del medio ambiente. La agricultura biológica se basa en los recursos renovables, evita la contaminación de la tierra, agua y aire. Además, los productos no están modificados genéticamente ni contienen antibióticos ni aditivos químicos.
Escoge verduras y frutas de temporada. Siguiendo el ciclo natural, en invierno necesitamos la vitamina C que nos aportan los cítricos; y en verano, hidratación y betacarotenos (melón, sandía, mango).
Toma nota de unos gestos en los hábitos de compra:
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Lleva al mercado o al súper tus propias bolsas. Tienen una media de uso de 50 compras. Evita el consumo de plásticos y reduce los envases innecesarios (fruta o carne en bandejas de poliestireno). Cuanto más embalaje lleve un producto, más residuos genera.
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Opta por productos de proximidad (Km 0), la cadena de distribución y de transporte se acorta (se reducen las emisiones de CO2).
Haz una lista de la compra. Adquiere la comida según tus necesidades y evita comprar de más: en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos al año, según Agricultura.
Los productos "eco" deben llevar el sello oficial de la Unión Europea que garantice su producción de acuerdo a unas normas de sostenibilidad. Estos productos buscan la calidad por encima de la cantidad y en su producción incluye el uso racional de los recursos y el respeto a la Naturaleza.
Uno de los productos que tienen su etiquetado específico son los huevos, por ejemplo: si el primer dígito del sello es un 0, es ecológico; si es un 1, procede de gallinas camperas; si es un 2, procede de gallinas criadas en el suelo; si es un 3, procede de gallinas criadas en granjas industrializadas.
De la huerta, a la cazuela. Busca un espacio en casa para crear tu propio huerto 100% ecológico: te encantará sembrar, cuidar y recolectar hortalizas, frutas, hierbas aromáticas… ¡Qué ricas!
- En el balcón, terraza o azotea prepara un banco o una mesa de cultivo con los accesorios básicos: pala, tijeras de podar, guantes, rastrillo…
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Escoge las semillas según la época de siembra y recogida. Estudia las necesidades de sol y de riego.
Tomates, pimientos, guisantes, pepino; o hierbas aromáticas, como hierbabuena, albahaca, romero, perejil. Las posibilidades son muchísimas.
Crea tu propio compost con restos de verduras, mondas de fruta o posos de café. El resultado es un compuesto orgánico apto para la nutrición del suelo.
Fomentar el consumo de legumbres es importante para nuestra salud y para el planeta. Lentejas, garbanzos y judías son de alto valor biológico (contienen aminoácidos esenciales), aportan proteínas e hidratos; y su producción es sostenible: su huella hídrica (agua usada) es baja.
Consumir carne roja en exceso, la sal y el sedentarismo pueden aumentar el riesgo cardíaco. La ganadería es responsable del 18% de emisiones de gas efecto invernadero, según Greenpeace. Para producir 1 kg. de carne de vacuno se necesitan 15.000 litros de agua.
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