- Los 'looks' de la reina Letizia: Así ha evolucionado
- Leonor de Borbón: repasamos su vida con sus mejores fotos
- Los mejores libros sobre la vida de la Familia Real española
Felipe VI y su familia se han reencontrado en Palma de Mallorca tras su paso por los Juegos Olímpicos de París 2024 donde han animado, por separado, al equipo olímpico español: la Princesa de Asturias y su hermana, la infanta Sofía, protagonizaron un divertivo momento hasta conseguir el 'selfie' perfecto durante partido de vóley playa masculino; mientras su madre, Letizia, mostró su lado más cercano en su visita a la Villa Olímpica.
Los Reyes y sus hijas han protagonizado su primer posado oficial del verano junto a la reina emérita, doña Sofía, y otros seres queridos para la esposa del rey Juan Carlos, como son su hermana Irene de Grecia y su prima Tatiana Radzuwiil y su marido Jean Henri Fruchaud, sus grandes confidentes. Todos han posado a su llegada al Restaurante Mía, situado en la zona del puerto de Palma y uno de los favoritos de la familia real española. Felipe VI y su familia acuden cada verano a este establecimiento, en el que el chef Guillermo Cabot elabora comida tradicional de Mallorca. El establecimiento tiene una amplia carta especializada en arroces y pescados frescos y también otros platos como la fideuá, el ceviche de lubina con fresas y uno de sus platos estrella, una ensaladilla rusa con salmonetes en escabeche.
Teri Hatcher, sorprendida con la presencia de Felipe VI y su familia
Su llegada fue totalmente inesperada para los comensales que encontraban en el restaurante y prueba de ello fue el gesto de sorpresa que puso uno de ellos. En el local, cenaba la actriz Teri Hatcher, ganadora de un Globo de Oro y conocida por su papel en la serie 'Mujeres Desesperadas', que actualmente puede verse en la plataforma Prime Video. La intérprete, que pasa unos días en la isla, cenaba tranquilamente con su hija, cuando la presencia de la familia real española llamó su atención. Ajena a las cámaras que captaban su reacción, Teri Hatcher observó cada gesto de los Reyes y sus hijas, sin pestañear y con una sonrisa de oreja a oreja.
