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Rara es la ocasión en la que Felipe VI se salta el protocolo o se sale del guion marcado en un acto de su agenda. La reina Letizia es quien nos tiene acostumbrados a protagonizar ese tipo de acciones, ya que, a pesar de querer tenerlo todo controlado, su espontaneidad a veces le juega malas pasadas. Pero este 24 de octubre, la anécdota de las audiencias de los Premios Princesa de Asturias 2025 no se la lleva la Reina, sino el propio monarca. La Familia Real al completo ya se encuentra en Oviedo para presidir la ceremonia de entrega, que esta edición distinguen a Byung-Chul Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades; Eduardo Mendoza, Premio Princesa de Asturias de las Letras; Douglas Massey, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales; Graciela Iturbide, Premio Princesa de Asturias de las Artes; Serena Williams, Premio Princesa de Asturias de los Deportes; Museo Nacional de Antropología de México, Premio Princesa de Asturias de la Concordia; Mary-Claire King, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica; y Mario Draghi, Premio Princesa de Asturias Cooperación Internacional.
Eso será en unas horas, pero previa a la entrega se celebran otros actos como el tradicional concierto de música en el Auditorio Felipe VI y las audiencias a los premiados y otras autoridades en el Hotel Reconquista de Oviedo. Precisamente, en una de estas audiencias, concretamente a los galardonados con las 'Medallas de Asturias 2025', 'Hijo Predilecto 2025' e 'Hijos Adoptivos 2025', ha sido donde el Rey ha protagonizado un espontáneo momento.
Cuando ya estaban todos colocados para la foto oficial, Felipe VI se ha fijado en la luz que entraba por la ventana y que daba de lleno en la cara de una de las galardonadas, concretamente a Mónica Oviedo Sastre, presidenta de COCEMFE Asturias, defensora de los derechos de las personas con discapacidad. Sin pensárselo dos veces, ha interrumpido el posado y se ha ido hacia la ventana mirando la ventana y recolocando las cortinas por si podía cambiar el sentido de la luz, algo que, a pesar de su buena intención, no ha podido solucionar.
Su mujer, Letizia, y sus hijas, observaban atentas la escena. Finalmente, la protagonista involuntaria del momento, subía un escalón de la plataforma colocada para las fotos, situándose junto a otro premiado para continuar con la sesión de fotos.












