Un día histórico
Horas antes se había vivido la ceremonia de proclamación en el Congreso de los Diputados.
En el hemiciclo, engalanado para la ceremonia de proclamación, se celebraba de la sesión solemne de juramento y proclamación de Su Majestad el rey don Felipe ante las Cortes Generales.
Para la ocasión, don Felipe lucía el uniforme de gran etiqueta del Ejército de Tierra, que consta de guerrera azul con tirilla y puños blancos, pantalón azul, zapatos y calcetines negros, guantes blancos, gorra de plato azul -que sólo se utiliza en exteriores-, condecoraciones y faja de Capitán General de las Fuerzas Armadas. La banda de seda cruzada que vestía era de azul cielo.
En un discurso de 26 minutos el nuevo soberano recordaba el papel desempeñado por su padre, don Juan Carlos, en su reinado; y reafirmaba su compromiso para trabajar para todos los españoles: "En el desempeño de mis funciones encontrarán en mí a un Jefe del estado leal y dispuesto a escuchar, comprender y colaborar, y a defender siempre los intereses generales", decía.