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Iñaki Urdangarín se ha sincerado por completo de su etapa más dolorosa: su paso por la cárcel. El ex duque de Palma ha sido el protagonista del estreno del programa 'Pla Sequencia', una entrevista de hora y cuarto sin cortes en la que se ha sincerado con su amigo Jordi Basté, periodista al que conoció, tal y como han recordado, en 1987.
Nada más comenzar, ha recordado el momento en el que recibió la sentencia, que le pilló estando en Ginebra con la Infanta Cristina: "Me llamó el abogado y nos comunicó la condena del Supremo. Hasta el último mes pensaba que podría darle la vuelta. Tenía dos hijos en el extranjero, estaban en Rusia y les hice volver y los dos pequeños estaban en Ginebra así que hicimos una pequeña reunión familiar". Solo doce días después entraba en la prisión.
Los primeros días de Iñaki Urdangarín en la prisión
El primer día lo recuerda muy claro: "todo lo que has hecho o lo que intentaste dar la vuelta cuando entras aquí te encuentras que la defensa eso se ha acabado, ha empezado". "Lloré mucho", confesaba. "Todo es caos, no puedo explicar, encontrarte solo, que no pase nada, no tenías nada, no tienes teléfono... lo pasé muy duro. Llamé a casa, a mi madre, y eso comienza a ser verdad", recordaba.
Pero lo que más sorprendió fue la confesión más dura: "los primeros tres meses no lo hice bien, no estoy orgulloso de cómo lo gestioné emocionalmente porque preocupé mucho a la gente que estaba fuera, lo pasé muy mal, en un bucle negativo y preocupé mucho a la gente. Me costó más tiempo de lo que pensaba a reaccionar y afrontar esta etapa con éxito".
A pesar de todo, recuerda cómo su familia estuvo allí siempre para él, asegurando que sus hijos son "ejemplo de resiliencia". Tanto que ni siquiera le han pedido explicaciones: "mi madre me conoce, igual que mis hijos me conocen y saben que todo lo que me ha pasado es imposible que tenga voluntad de delinquir".
Los grandes apoyos de Iñaki Urdangarín
Según el ex duque de Palma, los vigilantes, pedagogos y psicólogos de la cárcel fueron también grandes apoyos: "podían aportar la pequeña conversación". Aunque las visitas de su familia fueron lo prioritario, las cartas le ayudaron también mucho, no solo de su familia sino también de anónimos. "Gente que podía cada semana enviarme una carta de cinco o seis folios, libros, cuadernos... Todo eso era para mi maravilloso. Reconforta mucho que gente que está afuera te recuerda, tanto amigos como gente que no conoces", recuerda.
Su día a día en prisión
Tampoco ha tenido ningún problema en hablar su día a día en prisión. Allí ha confesado cómo era su día a día. Por la mañana podía estudiar y trabajar, y a las 3 iba al polideportivo donde aprovechaba para hacer deporte jugando a balonmano con un balón que le regaló un excompañero o una bicicleta estática hasta las 5.
Hasta las 5 no comía "porque la tarde se hacía muy largo. No lo llevaba bien y prefería comer a las cinco porque ya mientras descansas un poco y hacías otra actividad y se hacía las ocho y ya era". "El deporte era una rutina que me ayudaba a llegar a la noche cansado, y el estudio me ayudaba a llegar bien... Si llegaba cansado dormía bien por eso era tan importante" porque rechazó cualquier emoción.
El camino hacia el mindfullnes
"Hice un curso de estado emocional. Y me lo tenía que aplicar en el día a día, como gestionar el estrés, el miedo y empecé a estudiar del mindfullnes y el yoga". Fue en ese momento cuando se le ocurrió matricularse en un Master de psicología coaching y estudiar el curso de entrenamiento de balonmano nacional. "Pensé muchas veces en tener el título pero me surgió la oportunidad en ese momento", explicaba.
Para poder enfrentarse a todo, Iñaki Urdangarín aprovechó para escribir varios cuadernos, algunos de los que ahora se convertirán en sus memorias. "Una de las recomendaciones que me dijeron fuera que escribiera, todo lo que se me viniera a la cabeza. Y comencé a hacer unos cuadernos y cada vez estaban más trabajado, hacía resúmenes de libros, las visitas, borradores de las cartas para mis hijos... lo que me venía a la cabeza".
Lo peor de la prisión
Con todo, el aislamiento fue lo que peor gestionó de su etapa en la cárcel, algo que se hizo aún más duro durante la pandemia de COVID: "El peor momento fue cuando el COVID, que me llegó cuando estaba ya un poco cansado. Y los propios funcionarios tenían miedo del contagio. Aquellos meses fueron especialmente muy duros".
No obstante, preguntado sobre lo que peor recuerda de esta etapa, el ex jugador de balonmano no tiene duda: todo lo que ha perdido. "He perdido mucho tiempo, no solo los tres años de la prisión sino los años anteriores de juicios, todo lo que tenía materialmente, y una pérdida muy grande que es uno de los amores de mi vida que es Cristina, lo lamento porque es una mujer que quise mucho".
Aroa Díaz es experta en realities, televisión y actualidad en general. No hay momento del día en el que no tenga encendida la televisión conociendo los últimos desvelos de los famosos, disfrutando de los realities como Supervivientes o de los concursos más rocambolescos. Las últimas novedades de los famosos del corazón son su perdición y la actualidad de las Casas Reales, su gran pasión.
En sus ratos libres disfruta de las películas y series de moda, y bucea por los catálogos de las plataformas de podcast buscando nuevas entrevistas y charlas de famosos.
Además, no ha parado de formarse en todos los aspectos convirtiéndose en una periodista 360: locución, doblaje, grabación de vídeo, periodismo móvil, producción de podcast y SEO. Actualmente está formándose en el Máster universitario de Periodismo y Comunicación Digital: Datos y Nuevas Narrativas de la UOC.
Graduada en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos, no ha parado de trabajar desde que obtuvo su título allá por el 2013. Después de un breve impass en Palma de Mallorca, volvió a Leganés donde arrancó su experiencia con Leganés Activo. En este tiempo he pasado por las redacciones de varios medios recayendo finalmente en Hearst España (Telenovela, Qué me dices y Diez Minutos). También tiene experiencia en diferentes radios.
